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¿PERDIÓ LA GUERRA EU?

Segunda parte

La polémica decisión del mandatario de los Estados Unidos de América, Joe Biden, de retirar las tropas estadounidenses de territorio afgano, es hasta ahora la más importante de su presidencia en materia de política exterior.

Algunos lo ven como una derrota en la guerra que la Casa Blanca inició tras los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York, y otros como un mal necesario para terminar una guerra que parecía no tener fin. 

¿Si no es ahora cuándo?, fue la pregunta a la que dio respuesta el presidente demócrata con el anuncio de la retirada el próximo 11 de septiembre, fecha en que se cumplirán 20 años de aquel terrible ataque. 

“Veinte años después y tantas vidas perdidas, y tantos miles de millones de dólares gastados, ¿para qué ha servido? ¿Qué se ha conseguido? ¿Qué se les dice a las familias de todos esos militares asesinados por los talibanes que ahora Estados Unidos se rinde?

¿Qué va a impedir que los grupos extremistas vuelvan a establecer sus campos de entrenamiento de la yihad? En la audiencia del Consejo de Seguridad de la ONU del pasado viernes se informó que hasta 20 grupos diferentes de extremistas, en los que participan miles de combatientes extranjeros, ya están luchando con las fuerzas talibanes.

El artículo de Joe Sopel, editor de Norteamérica BBC, que comparto en la primera parte de este serial continúa:

 

¿UNA SEGUNDA GUERRA EN AFGANISTÁN?

 

Estoy seguro de que, mientras escribo esto, más familias de civiles afganos estarán empacando sus posesiones temerosas de lo que significará el control talibán, quizás dirigiéndose al norte de Francia y luego al Reino Unido. ¿Volverán las escuelas de niñas a convertirse en depósitos de armas?

Las cicatrices del 11 de septiembre son evidentes en todas partes: miles de militares han regresado con prótesis y mentes perturbadas. Las tasas de suicidio han aumentado. Las familias han perdido a sus seres queridos. En las calles de Estados Unidos hay hombres con vasos rojos de plástico para pedir limosna, muchos de ellos con carteles que dicen que son veteranos de Irak y Afganistán.

El deseo de volver a casa y aislarse de un mundo problemático es totalmente comprensible. No en vano el eslogan “America First” tuvo tanta resonancia.

Hay también una diferencia entre imponer tu voluntad como la policía del mundo, y ser un guardián de paz. Miles de tropas estadounidenses siguen estacionadas en Corea del Sur, a pesar de que la guerra de Corea fue hace 70 años. Los presidentes estadounidenses parecen haber aprendido que una paz tensa es mejor que una guerra caliente o una región desestabilizada.

Joe Biden esperaba que su decisión diera lugar a titulares como “La guerra de Afganistán ha terminado” o “La guerra más larga de Estados Unidos ha terminado”.

¿Qué podría salir mal? Tras 20 años, y con el restablecimiento del control por parte de los talibanes, ¿podrán los historiadores decir en el futuro que el vigésimo aniversario del ataque a las Torres Gemelas marcó el inicio de una segunda guerra en Afganistán?”.

En las últimas horas, el pánico y la agitación se apoderaron de Afganistán después de que los insurgentes talibanes capturaron la ciudad capital de Kabul y el presidente huyó el pasado domingo 15 de agosto de 2021.

Ciudadanos temerosos que intentaban escapar del dominio de los combatientes islámicos radicales estaban “haciendo fila en los cajeros automáticos para retirar los ahorros de toda su vida”, según Associated Press, y desbordando la pista del aeropuerto de Kabul cuando los vuelos de evacuación del ejército estadounidense intentaban despegar.

La caída de Afganistán se produjo apenas tres meses después de que Estados Unidos comenzara a retirar sus tropas del país luego de una guerra de 20 años que mató a 2 mil 448 miembros del servicio estadounidense, 3 mil 846 contratistas militares estadounidenses y unos 66 mil militares y policías afganos.

Para los afganos y los observadores internacionales de cierta edad, la historia se repite en Afganistán.

El filósofo de la Universidad de Washington Michael Blake, ha declarado que Estados Unidos no puede eludir la responsabilidad moral por los abusos de los derechos humanos y la violencia que los afganos probablemente enfrentarán bajo el gobierno de los talibanes. “Esto debería preocupar a los políticos que defienden la retirada y a los votantes que dieron poder a esos políticos”.

Blake, que califica el colapso de Afganistán de “moralmente trágico”, dice que Estados Unidos puede tener la obligación de brindar refugio a los afganos que corren riesgos particulares porque fueron parte del esfuerzo de guerra de Estados Unidos. Eso incluye a los traductores afganos, que han sido blanco de los talibanes por su trabajo con el ejército estadounidense.

La administración Biden en julio de 2021 autorizó una expansión “urgente” de 100 millones de dólares del programa de visas especiales que podría sacar de Afganistán a 20 mil afganos afiliados al esfuerzo de guerra de Estados Unidos y reasentarlos en el extranjero.

Pero ahora es difícil, sino imposible, que esas personas huyan de un país bajo el dominio de los talibanes. Y los traductores están lejos de ser los únicos afganos que corren el riesgo de sufrir represalias por parte de los talibanes.

La victoria de los talibanes en Afganistán también es una victoria para la organización terrorista al-Qaida, según Greg Barton, presidente de política islámica global en la Universidad Deakin en Australia.

“Afganistán fue el lugar de nacimiento de al-Qaida en 1988. El grupo dio lugar a redes terroristas en todo el mundo, incluida … al-Qaida en Irak, que se transformó en el ISIS”.

Con el regreso de los talibanes al poder, las organizaciones terroristas internacionales podrían, antes de lo previsto, comenzar a operar abiertamente fuera del país nuevamente, dijo el presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Mark Milley, el 15 de agosto de 2021.

Cuando el expresidente Donald Trump hizo un trato con los talibanes para poner fin a la guerra de Estados Unidos en Afganistán, accediendo a una antigua demanda de los talibanes, las encuestas de opinión pública indicaron un apoyo generalizado a la decisión.

Eso le dio al presidente Joe Biden licencia para seguir adelante con la decisión de Trump, dice Thomas Alan Schwartz, profesor de historia en la Universidad de Vanderbilt.

Pero una “rápida toma del país por parte de los talibanes, con la subsecuente persecución de mujeres y opositores domésticos del régimen, bien puede producir una reacción violenta entre millones de estadounidenses”, escribió Schwartz el 13 de agosto de 2021.

Schwarz señala que “la brutalidad de las ejecuciones de ISIS llevó a las fuerzas estadounidenses de regreso a Irak” después de que el presidente George W. Bush declarara la victoria allí. De manera similar, la “represión y carnicería involucradas en un triunfo de los talibanes” podría hacer que Biden reconsidere una retirada total de Estados Unidos de Afganistán que “arrojaría una sombra profunda y dañina sobre toda la presidencia de Biden”.

Sin embargo, el presidente Joe Biden, defendió este lunes su decisión de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán y culpó al Gobierno y al Ejército afgano del caos que se ha desatado tras el rápido avance de los talibanes y la toma de Kabul.

En vez de dar marcha atrás, Biden se mantuvo firme en su intención de acabar con la guerra más larga de la historia de EE.UU. y rechazó las críticas de sus adversarios republicanos y de organizaciones defensoras de los derechos humanos que acusan a Washington de haber abandonado al pueblo afgano.

Opinión.salcosga@hotmail.com

@sslvadorcosio1

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