A pesar de haber sido solo de categoría uno, el huracán Nora quedó en la memoria de los vallartenses, debido al impacto qué causó entre la población.
Las principales afectaciones no se dieron de mar a tierra, sino en las laderas de los ríos debido a que estos crecieron, en algunas partes, hasta más de un 200 por ciento.
José Isabel Gómez, El Güero cevichero, como lo conocen en la colonia Buenos Aires, una de las más afectadas en la ciudad, relata que en sus más de 52 años en que ha vivido en este lugar, nunca había visto una crecida del río como la ocurrida la noche del sábado
Yo fui uno de los fundadores de la colonia yo fui el primero que llegue a construir en esta parte, Relata el hombre mientras se protege del sol bajo una techumbre habilitada a un costado del río.
Relata que esa noche, comenzó a llover, «pero no fue con mucha intensidad, incluso, todos estamos en la calle, estaban los puestos de comida y gente haciendo su vida normal, pero de repente la crecida llegó».
En cuestión de minutos el río Cuale comenzó a elevar su nivel, hasta el momento en que empezó a arrastrar los vehículos. La gente como podía corría a moverlos o amarrarlos a los postes, incluso a los árboles.
Algunos lo lograron, otros no. La fuerza del río fue tal, que arrastró varios vehículos, el agua se metió a las casas y en algunas el nivel alcanzó más del metro y medio, perdiendo sus habitantes gran parte de sus pertenencias, algunos, todo lo que tenían.
Aunque dijo que tiene una salida por la parte trasera de su casa que da hacia el cerro lo cual le daría la oportunidad de librarse en caso de una nueva crecida, don José Isabel dijo temer por la fuerza de la naturaleza, que llegue en otra ocasión a llevarse las casas o incluso a la gente.
