Tras la salida de las fuerzas occidentales y la llegada del Talibán al poder, los expertos temen una posible nueva era del yihadismo en Oriente Medio y Asia central.
Al Qaeda y Estado Islámico (EI) puede que hayan sido debilitados en los últimos años, pero siguen activos y ahora podrían reforzarse.
Comparten una ideología fundamentalista al igual que el Talibán, pero estos tres grupos tienen aspiraciones y métodos distintos.
El Talibán es el jugador más significativo de Afganistán. Al Qaeda es un grupo transnacional yihadista que busca reconstruir sus redes. Estado Islámico también, pero tendrá una batalla cuesta arriba dado que es enemigo mortal tanto de al Qaeda como el Talibán.
El autodenominado califato de Estado Islámico en amplias zonas de Irak y Siria se caracterizó por un uso extremo de la violencia.
Al Qaeda y los talibanes emergieron en la resistencia contra la invasión soviética a fines de los 80 y las disputas internas de Afganistán a comienzos de los 90.
Estado Islámico surgió años más tarde, a partir de soldados iraquíes y la franquicia de al Qaeda en Irak durante la invasión estadounidense en 2003.
Al Qaeda fue fundada por el millonario saudí Osama Bin Laden a finales de los 80. En español, significa “La Base” o “La Red”, y servía precisamente como una red de apoyo logístico y armamentístico a los musulmanes que pelearon contra la Unión Soviética.
Para ello reclutó individuos de todo el mundo islámico. En una aparición, inédita, Osama Bin Laden explicó los motivos de su “guerra santa” contra Estados Unidos en la cadena CNN en 1998, tres años antes de los atentados del 11 de septiembre.
Una vez derrotados los soviéticos, un grupo de jóvenes guerreros y estudiantes de la etnia pastún al norte de Pakistán y sur de Afganistán, conocidos como talibanes, ganó cada vez más popularidad.
Prometían restaurar la paz y seguridad en Afganistán y su versión austera de la sharía, la ley islámica, una vez en el poder.
Pronto lograron apoyo suficiente, conquistaron Kabul y controlaron prácticamente todo el país a partir de 1996.
Para entonces, al Qaeda ya era mucho más que una red de apoyo logístico. Se había convertido en una organización yihadista de pretensiones globales. Y el régimen talibán, por gratitud y a cambio de financiamiento, les acogió en Afganistán.
La facción de al Qaeda en Irak fue precursora directa de Estado Islámico y actor protagonista en la resistencia contra las fuerzas extranjeras desde 2003, cuando EE.UU. invadió el país.
En 2006, al Qaeda en Irak incorporó a otros grupos extremistas y adoptó el nombre de Estado Islámico de Irak, aspirando a competir contra las ideas originales de al Qaeda y convertirse en líder universal del islamismo.
Después de 2011, cuando Estado Islámico penetró en Siria y ganó cada vez más poder en la guerra civil, se hizo llamar Estado Islámico de Irak y Levante, autoproclamó un califato y se distanció definitivamente de al Qaeda.
Expertos indican que el Talibán, al Qaeda y Estado Islámico comparten una visión bélica y extremista de su religión.
Además, los tres practican la rama sunita del islam, una interpretación más estricta de principios que el chiismo, la otra rama. Muchos conflictos entre países musulmanes tienen su origen en esta división.
La división entre chiitas y sunitas ha causado múltiples conflictos en Oriente Medio.
Creen que la violencia, en nombre de la fe, está justificada, que es un deber y quien no luche, es mal musulmán.
“Los tres grupos creen que la vida social y política no pueden separarse de la religiosa”.
Al igual que la Biblia, el Corán tiene versículos duros, muy fuertes. Pero la gran mayoría de musulmanes, en general, rechazan esos principios violentos. Dicen que eran válidos al principio de la fe, cuando estaba amenazada.
Sin embargo, el grado de extremismo entre los tres grupos varía según sus objetivos. Los expertos sitúan aquí la mayor diferencia.
El Talibán pretende instaurar la ley sharía en Afganistán. La última vez que lo hizo implantó un régimen estricto, especialmente contra las mujeres.
Ante el recuerdo de la experiencia talibán entre 1996 y 2001, muchos afganos han huido en masa del país en las últimas semanas, temiendo que ahora que tienen el poder se repita la historia.
Aún así, “las enseñanzas de los talibanes son menos radicales en comparación con al Qaeda y Estado Islámico. Pretenden restaurar Afganistán a través de un pasado musulmán idealizado”.
Los talibanes surgieron a comienzos de los 90 a raíz de disputas internas en Afganistán. Su objetivo es restaurar la ley sharía en el país.
Irónicamente, al Qaeda y Estado Islámico coinciden en su fin último de crear un califato. Es decir, un proceso de elección de líder religioso y político de todos los musulmanes del mundo donde imperen exclusivamente las leyes del islam.
En 2001, George W. Bush, entonces presidente de EE.UU., declaró la “guerra contra el terror”. Este país es el enemigo extranjero número uno del Talibán, Estado Islámico y Al Qaeda.
También tienen enemigos cercanos, los que ellos consideran apóstatas, que son los gobiernos que apoyan a Estados Unidos y Occidente o los que han rechazado la visión más religiosa del islam y han optado por la división entre el estado y la iglesia, un fundamento común en sociedades occidentales.
Ejemplos de estos gobiernos apóstatas serían Irán o Siria, aunque dichas enemistades a veces son puestas en duda. EE.UU. ha denunciado en más de una ocasión posibles cooperaciones entre el gobierno chiita de Irán y el grupo sunita al Qaeda.
Sin embargo, periféricamente están conectados a los talibanes a través de un tercer grupo.
Según los investigadores, existen fuertes vínculos entre la facción de EI en Afganistán y la llamada red Haqqani, que a su vez está estrechamente vinculada a los talibanes.
En resumen, en la lucha por el liderazgo yihadista, EI tiene varios frentes abiertos. Entre ellos, contra el Talibán en Afganistán y contra Al Qaeda a nivel global desde que rompieron vínculos en 2014.
La campaña expansionista de EI le llevó a controlar amplios territorios en Irak y Siria, con un máximo apogeo entre 2014 y 2017.
En los últimos años sufrieron cruentas derrotas y perdieron mucho de lo ganado frente a fuerzas occidentales y sirias, estas últimas con apoyo ruso.
Sin embargo, en Afganistán se asienta una facción llamada Estado Islámico del Gran Jorasán, que ahora siembra miedo y ataca poblaciones y etnias minoritarias en el país y el pasado mes protagonizó un ataque suicida en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul, matando a cerca de 200 personas.
@salvadorcosio1