En una muy polémica decisión, como ya comentaba, Estados Unidos puso este lunes punto final a la guerra más larga de su historia con la retirada de sus últimos soldados de Afganistán, casi 20 años después de su despliegue en el país centroasiático, generando toda clase de reacciones en todo el orbe, tanto por lo que significa la retirada que no pocos han interpretado como una “derrota impactante”, como por lo que se anticipa puede derivar de tal determinación asumida por el inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, quien la ha defendido a capa y espada, como se dice popularmente.
El encargado de hacer el histórico anuncio fue el general Kenneth McKenzie, jefe del Comando Central de EE.UU. (CENTCOM), que supervisa las operaciones de las tropas en el Cuerno de África, Oriente Medio y Asia Central.
“Estoy aquí para anunciar la culminación de nuestra retirada de Afganistán y el fin de la misión para evacuar a ciudadanos estadounidenses, nacionales de terceros países y afganos vulnerables”, dijo el general en una rueda de prensa en el Pentágono, en la que intervino de manera telemática.
El último avión militar estadounidense, un C-17, despegó del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul este lunes a las 15.29 horas de la costa este de EE.UU. (19.29 GMT). Entre sus pasajeros estaba el embajador de EE.UU. en funciones, Ross Wilson.
McKenzie explicó que, pese a que el repliegue castrense se ha completado, todavía continúa la misión diplomática para garantizar que más ciudadanos de EE.UU. y que “los afganos aptos” que quieran marcharse puedan hacerlo.
Desde el ascenso de los talibanes al poder y su toma de Kabul el pasado 15 de agosto, EE.UU. se vio obligado a acelerar la evacuación de estadounidenses y de los colaboradores afganos y ha tenido que adelantar el término de su misión.
El presidente Joe Biden dio el martes un discurso para justificar su decisión de no prolongar la presencia de las tropas en Afganistán más allá del 31 de agosto.
“Compatriotas estadounidenses, la guerra en Afganistán ha terminado”, declaró Biden en un discurso a la nación desde la Casa Blanca, luego del fin de la intervención militar tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
La traumática salida de Afganistán, completada un minuto antes de la medianoche del lunes, hora de Kabul, fue “la decisión correcta. Una decisión sabia. Y la mejor decisión para Estados Unidos”, aseguró el mandatario demócrata.
Después de ser criticado por sus opositores republicanos por el caos de la salida de Kabul, Biden dijo que hizo lo que debería haberse hecho hace años.
“No iba a extender esta guerra eterna, y no iba a extender una salida para siempre”, aseguró.
Y elogió el “extraordinario éxito” de la misión de evacuación aérea que sacó del país a más de 123.000 civiles afganos y extranjeros, según el Pentágono.
Hablando en el ornamentado Comedor Estatal de la Casa Blanca, Biden golpeó el atril mientras detallaba los altos costos de este conflicto, más de 2.400 muertes militares estadounidenses y hasta 2,3 billones de dólares gastados, que terminó con el regreso al poder de los talibanes que se buscó derrotar.
“Asumo la responsabilidad de la decisión”, dijo. “Me comprometí con el pueblo estadounidense a poner fin a esta guerra. Hoy cumplí ese compromiso. Era hora de ser honesto”.
“Después de 20 años en Afganistán, me negué a enviar a otra generación de hijos e hijas de Estados Unidos a pelear una guerra”.
EL COSTO HUMANO DE LA GUERRA
Casi 20 años después de la llegada a Afganistán 2.442 soldados estadounidenses y 1.144 de diferentes países de la OTAN, además de al menos 3.846 contratistas, han muerto hasta la fecha.
Según estimaciones del Instituto Watson de la Universidad Brown, entre octubre de 2001 y abril de 2021 murieron 51.191 insurgentes en Afganistán, además de entre 47.000 y 71.000 civiles entre 66.000 y 73.000 miembros de las fuerzas de seguridad afganas.
El 26 de agosto, cuando la evacuación de personal estadounidense seguía en curso, al menos 170 personas murieron en un ataque suicida perpetrado por el grupo terrorista ISIS-K contra una de las puertas del aeropuerto de Kabul, donde miles de personas se agolpaban esperando poder abandonar el país. Estas muertes se suman al alto costo humano del conflicto hasta la fecha.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) señala que hay además actualmente 2,6 millones de refugiados afganos (2,2 millones se encuentran en Irán y Pakistán) oficialmente registrados como tales, mientras que el número de desplazados internos por el conflicto asciende a 3,5 millones, 500.000 sólo en 2021.
Aunque la situación de los afganos se ha deteriorado en los últimos tiempos, Acnur destaca que el país ha estado sufriendo conflictos armados, desastres naturales, pobreza crónica y seguridad alimentaria desde hace más de 40 años.
EL COSTO ECONÓMICO
Estados Unidos contribuyó con la mayor parte de las tropas de la OTAN en Afganistán (en el pico, en 2011, había 100.000 soldados estadounidenses en el país) y también con el grueso del gasto.
Según el Instituto Watson, entre 2001 y 2021 los Departamentos de Estado y Defensa de EE.UU. gastaron oficialmente U$978.000 millones en la guerra en Afganistán.
Existen, sin embargo, gastos adicionales indirectos como el cuidado médico de veteranos del conflicto y el pago de intereses por el dinero pedido prestado para financiar las operaciones, entre otros. Entre 2001 y 2021 se habrían gastado cerca de U$S6,4 billones en las distintas las guerras iniciadas luego del 11S en Afganistán, Iraq, Siria y Yemen, entre otros lugares.
Del total, US$2,3 billones corresponden a gastos totales incurridos sólo en la guerra de Afganistán, de acuerdo a las estimaciones del Instituto Watson.
El Reino Unido, en tanto, gastó unos U$30.000 millones (21.315 millones de libras esterlinas) en Afganistán, según datos de Ministerio de Defensa hasta el 2015, cuando la presencia británica en el país se redujo considerablemente tras concluir la Operación Libertad Duradera.
Alemania gastó unos U$S 19.000 millones (16.400 millones de euros) entre gastos militares y otros rubros, de acuerdo a la cadena estatal Deutsche Welle.
Alemania y el Reino Unido fueron los principales participantes en la coalición de la OTAN durante los 20 años de guerra, después de Estados Unidos.
Ha terminado así una guerra que se prolongó por 20 años; una misión que puso fin a Osama Bin Laden, junto con sus colaboradores de al Qaeda, y que hoy algunos reprochan, pero que la historia se encargará de cualificar si fue o no lo más adecuado.
Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1