Pareciere que en el contexto de un repunte de contagios por Coronavirus, la confirmación de una variante más, y el regreso a semáforo rojo en no pocos estados del país, -incluido Jalisco por cierto-, se debiera estar replanteando la idea de un regreso a clases, pero al parecer prevalecerá la postura del “llueva, truene o relampaguee”, asumida por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien esta vez se ha encaprichado con el regreso a clases presenciales a pesar del rechazo de padres de familia que se niegan a enviar a sus hijos a la escuela en las condiciones ya señaladas por temor a que sus hijos contraigan la enfermedad de COVID-19.
El jefe del Ejecutivo no cuenta con algún estudio de ningún tipo en el que pueda respaldar la decisión que hasta ahora únicamente ha basado en su pequeña óptica desde donde opina que las escuelas no pueden permanecer más tiempo cerradas, siendo que junto con Bangladesh, México es el país que por mayor tiempo se ha mantenido sin clases presenciales en el mundo. Así de endeble su explicación, como si a los padres de familia importara el dato o la referencia, cuando lo que está de por medio es la salud y hasta la vida de sus hijos.
A su narrativa de la necesidad de un urgente retorno a las aulas, Andrés Manuel ha añadido como argumento que la dependencia de los menores q los videojuegos es de alto riesgo.
“(El regreso a clases) es súper esencial, es básico, es fundamental, o sea, la verdad, ya no podemos tener a los niños encerrados, o dependiendo por entero, por completo del Nintendo. Eso de veras es muy tóxico”, dijo el presidente y abundó:
“Yo soy muy respetuoso, de todo, pero es muy enajenante estar recibiendo todo ese bombardeo de información, hay violencia en los juegos, sobretodo están ensimismados y el ser humano no puede vivir así somos eminentemente sociales. Tenemos que convivir con otros, y eso es lo que se logra en la escuela, por eso se aprende, no solo lo que se imparte como enseñanza, sino lo que se recoge de información, de experiencia de otros compañeritos, compañeritas, de los maestros, de los padres de familia, entonces eso no se puede sustituir, la educación presencial”.
Pareciere que para el titular del Ejecutivo de la nación resulta más necesario el regreso a clases que el muy lógico incremento de contagios que derivará.
Tampoco considera estadísticas como la dada a conocer por la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), la cual de acuerdo al último reporte, señala que entre el 12 de abril de 2020 y el 25 de julio de 2021, han resultado 57 mil 490 casos de niñas, niños y adolescentes contagiados de COVID-19 en México.
A la misma fecha, se han presentado 595 defunciones en menores que dieron positivo al SARS-CoV-2, 268 de sexo femenino y 327 masculino.(Animal Político 28/07/21).
Pero ni la estadística, ni el riesgo, ni la negativa de los padres parecen merecedores de atención alguna por parte de AMLO, quien además ha aderezado con su negativa a comprar vacunas contra COVID-19 para protección de los niños, “hasta que se analice científicamente si lo requieren”.
En otro de sus frágiles argumentos, AMLO ha asegurado que en ningún lugar del mundo están siendo vacunados los niños, lo cual constituye una más de sus mentiras, siendo que en países como Estados Unidos, Francia, Singapur, y Hungría entre otros, están inoculando a menores. No obstante, se comprometió a acatar lo que indiquen los científicos y los organismos internacionales de salud al respecto.
El pasado 11 de junio, el propio zar del combate a la pandemia en México, Hugo López-Gatell tuiteó que el Comité de Moléculas Nuevas de Cofepris recomendó autorizar el uso de la vacuna Pfizer en niños y niñas mayores de 12 años. El tema viene a colación porque ha trascendido que el presidente está furioso con él, y le habría espetado su malestar en días pasados durante una reunión con su círculo más cercano.
“Te voy a seguir respaldando en público y ante los adversarios, pero quiero decirte que esto no tiene pies ni cabeza. En este momento yo decido que las clases se reanudan en agosto y también, que las vacunas para menores de edad no serán prioridad, hayas dicho lo que hayas dicho, cada vez menos gente te cree, no hagas que yo sea uno de ellos”, dijo AMLO mientras Hugo López-Gatell buscaba interrumpirlo sin éxito”. (El Universal 29/07/21).
Lo más grave y preocupante es constatar que es Andrés Manuel quien está ya al frente de la estrategia contra la pandemia, y está decidido a experimentar con nuestros niños mandándolos a la escuela sin vacunas, sin estudio previo y solo por capricho.
Sin embargo, ya hay organismos que se están movilizando para hacer frente a los decretos y órdenes sin sustento del presidente.
Este viernes, medios de comunicación dieron cuenta que “El Juzgado Noveno de Distrito en Materia Administrativa dio un plazo de 24 horas a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que informe las medidas de protección y protocolos instaurados para mitigar los impactos de covid-19 por el regreso a clases presenciales.
Esto como consecuencia del amparo interpuesto por el Movimiento Educación con Rumbo, el cual busca que el Poder Judicial garantice que la decisión del gobierno de regresar a clases de manera presencial, salvaguarde los derechos humanos, a la vida y la salud física y socioemocional de niños de primaria y secundaria.
El amparo fue radicado en el Juzgado Noveno de Distrito, bajo el expediente 1016/2021. La organización explicó, en un comunicado, que recurrieron a esta acción debido a que las autoridades en materia educativa han omitido acreditar la instrumentación de protocolos y adecuaciones a la infraestructura de las escuelas para mitigar el impacto de la variante Delta del covid-19 que afecta principalmente a estudiantes de educación básica.
Paulina Amozurrutia, coordinadora Nacional del movimiento Educación con Rumbo, precisó que la causa para presentar el amparo no radica en impedir el regreso a clases de manera presencial, sino en someter a un escrutinio y control constitucional las omisiones de las autoridades para garantizar que el regreso a clases sea seguro y garantice los derechos humanos de los niños.
El abogado constitucionalista Miguel Ángel Ortiz, de la firma Cuatrecasas, refirió que el amparo presentado es un precedente relevante en materia de defensa de derechos humanos de los niños, pues se dirige a garantizar su derecho humano a la vida, la supervivencia y al más alto estándar de protección de salud y educación, de conformidad con la Constitución, la Convención Americana de Derechos Humanos y la Convención sobre Derechos del Niño. Amozurrutia agregó que en materia educativa para un regreso integral se necesitan tres factores de manera prioritaria inmersos en el amparo: una evaluación y regularización de los niños de los aprendizajes esperados en la pandemia; una capacitación en temas socioemocionales a maestros y directivos debido a los efectos psicológicos provocados en los niños por el confinamiento; y por último, la implementación de protocolos integrales para la contención del covid-19 en escuelas.(Milenio 05/08/21).
El fracaso en el combate a la pandemia en México y las más de medio millón de muertes son suficiente razón para que los padres de familia estén rechazando el decreto presidencial, o lo que es lo mismo, un capricho más de López Obrador, quien sin absolutamente nada que lo sustente, salvo una temeraria declaración, (llueva, truene o relampaguee”, ha ordenado el regreso a clases a finales de agosto.
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