“La oposición política, es el conjunto de grupos, fracciones, partidos políticos u organizaciones, que actúan en una orientación diferente a la del poder establecido”. Literatura política.
OPOSICIÓN
En la historia de las ideas políticas, las oposiciones a un determinado régimen, son el signo indiscutible, de la existencia de la democracia. Donde las leyes le establecen al gobierno, la obligación de permitir la existencia legal e institucional de la oposición. Respetando la libre circulación de las ideas en la academia y en la vida social. Generalmente constituida por uno o más partidos políticos. Este proceso de evolución de las democracias, ha llevado fundamentalmente tres momentos.
I.- El derecho que adquieren los ciudadanos a participar con su sufragio en las decisiones de gobierno. Eligiendo a sus representantes populares.
II.-Surge luego el derecho de los ciudadanos de estar representados en el gobierno. Usando mecanismos legales de representación. Para ser regidores, síndicos, diputados locales, diputados federales, presidentes municipales, gobernadores, senadores o ejecutivos de la unión.
III.-Está después el derecho de los ciudadanos a conformar una oposición organizada, para participar en las elecciones. E incluso, para tener posiciones diferentes al gobierno, dentro del parlamento – local o federal -. En este último caso, con la conformación de uno o varios partidos políticos de oposición al régimen.
DEMOCRACIA
Esta concepción de la democracia es muy nueva. Tan es así, que en 1964, de todas las naciones afiliadas a la ONU, sólo unas 30, tenían sistemas políticos con partidos de oposición legalizados. Con oposiciones reales y no coptadas por el sistema. Recordemos el ambiente político en México en 1968. Donde se consideraba a las ideas diferentes a las oficiales, como “exóticas”. A la libre manifestación de las ideas y a la exigencia de democracia, como “delitos de disolución social”. Pero ya en este Siglo XXI, analistas, tratadistas, académicos y políticos, coinciden en lo benéfico que es para la democracia, tener en cada país, al menos un partido político de oposición legalizado e institucionalizado. Con la valiosa y necesaria función de equilibrio, que evite al “partido único” o al partido de Estado u oficial. Para de esta manera.
A.- Disputar y legitimar al poder. Reconociendo a través de un órgano independiente, la limpieza y validez de las elecciones.
B.- Además para que la oposición pueda discutir con el poder, las soluciones políticas o los requerimientos sociales.
Es pues, de esta manera, en que la existencia de las oposiciones, fungen como equilibrios en la balanza del poder. Evitando regímenes que tengan la tentación de manejar discrecionalmente el poder, a la sociedad, a la política o a la economía.