Activistas por los derechos humanos afirman, el gobierno de China está utilizando mano de obra forzada de minorías étnicas, principalmente de uigures, una minoría musulmana del noroeste del país. Según un reporte del think tank estadounidense Center for Global Policy, la evidencia apunta a la movilización, en 2018, de al menos 570 mil personas de tres regiones uigures. Esto a través de esquemas de transferencia y capacitación laboral coercitiva del gobierno chino para la recolección manual de algodón en la región de Sinkiang.
Pese a la existencia, con anterioridad, de evidencia de trabajo forzoso en Sinkiang, ésta apuntaba a la manufactura poco calificada, como la producción de textiles y prendas de vestir. Sin embargo, según Center for Global Policy, se ha encontrado nueva evidencia de coacción relacionada particularmente con la recolección manual de algodón, un trabajo agotador y normalmente mal pagado.
En 2019, cerca del 70% de los campos de algodón de Sinkiang se recolectaron a mano. De acuerdo con dicho reporte, las políticas del estado han incrementado el número de recolectores pertenecientes a las minorías étnicas locales, mientras reducen la participación de trabajadores migrantes de la etnia han, la etnia predominante en el país.
Asimismo, el think tank afirma que los tres meses cuando se recolecta el algodón han constituido una oportunidad estratégica para aumentar los ingresos rurales y para alcanzar las metas estatales de alivio de la pobreza. No obstante, estos objetivos se han conseguido mediante transferencias laborales coercitivas.
Además, el informe señala el sometimiento de los recolectores a una vigilancia gubernamental intrusiva y a sesiones de adoctrinamiento político. Según Center for Global Policy, algunos de estos recolectores son personas que han sido liberados de campos de internamiento. Desde 2017, la organización no gubernamental (ONG) Observatorio de Derechos Humanos ha denunciado la existencia de estos campos de reeducación, creados bajo pretexto de la lucha del gobierno chino contra el terrorismo.
La ONG acusa desde entonces la detención y adoctrinamiento de uigures y otras minorías musulmanas turcas en estos centros. En octubre de 2020, el Comité permanente de relaciones exteriores y desarrollo internacional de la Cámara de los Comunes de Canadá, acusó a estos centros de cometer genocidio contra las minorías musulmanas de dicha región.
Sinkiang produce actualmente el 85% del algodón proveniente de China y el 20% del algodón del mundo. Los derivados de este algodón chino, además, son parte importante de la producción de prendas de vestir en muchos países asiáticos. A principios de diciembre, Estados Unidos emitió una restricción al algodón proveniente de la organización cuasimilitar Cuerpo de producción y construcción de Sinkiang. No obstante, esta entidad sólo es responsable del 33% del algodón de Sinkiang, mientras que el informe de Center for Global Policy señala el uso de mano de obra forzada en toda la región.
Estos señalamientos sobre el uso de mano de obra forzada proveniente de minorías étnicas musulmanas suponen un gran problema ético. Las compañías textiles mundiales tendrán que decidir si continúan participando y siendo cómplices de esta actividad mediante la adquisición de algodón proveniente de esta región de China, según plantean activistas de derechos humanos.