Washington.- Joe Biden, próximo presidente de Estados Unidos tras ganar las controversiales elecciones el pasado 3 de noviembre 2020, llega a la presidencia con la misión de reconectar a un país muy polarizado y restablecer el legado de Obama. Para eso, entre los principales planteamientos económicos destacan planes de estímulos económicos e inversiones en tecnologías limpias y, en general, políticas económicas más progresistas que las desplegadas durante el periodo del presidente Donald Trump.
El próximo presidente de Estados Unidos llegará a la presidencia con 78 años de edad y en los próximos nombramientos de miembros de su equipo de trabajo, se podrá vislumbrar si las políticas económicas del presidente serán más o menos progresistas. Una de las expectativas con el nuevo presidente electo es la renovación de la ronda de apoyos fiscales a desempleados y gobiernos estatales para aminorar los problemas de liquidez a los que se han enfrentado.
Los principales objetivos de este tipo de apoyos también ayudan a las diferentes ciudades a evitar recortes devastadores en los servicios esenciales. Se espera que Biden complemente la actual compra de al menos 120,000 millones de dólares en bonos del gobierno y otras herramientas del banco central para hacer frente a la segunda ola de la pandemia por coronavirus.
En este sentido, el premio nobel Paul Kruegman comentó que, dado el estado de fragilidad en la economía de Estados Unidos, Joe Biden tiene la necesidad de gastar mucho dinero por lo menos en un par de años próximos. De esta manera, se espera que el paquete fiscal a aprobar próximamente en Estados Unidos, sea más abultado en comparación al propuesto por los republicanos ya que, según Kruegman es “la única medida responsable que se puede implementar”.
Otra de las nuevas propuestas del presidente electo de Estados Unidos es el plan de mejorar la infraestructura del país e invertir de manera importante en una transición hacia una economía ambientalmente sostenible y dotar de mayor infraestructura a los servicios de salud.
Así, las políticas progresistas de Joe Biden se inclinarían hacia una mayor capacidad y dotación de recursos para dotar a la población de atención médica administrada por el gobierno, así como un aumento en los impuestos a los más ricos y mayor protección para los salarios de los trabajadores. Sectores de energías renovables y farmacéuticas pueden verse impulsados por la victoria de Biden, mientas que la industria de energías fósiles y construcción antes impulsadas por Trump, hoy pueden verse afectadas tras el cambio de presidencia.