Con la llegada del coronavirus a México y la subsecuente reconversión hospitalaria que llevó a cabo el gobierno con el fin de responder a las necesidades de internar pacientes de Covid-19, la atención a otros padecimientos se vio afectada y actualmente existe un rezago, según ha reconocido el mismo subsecretario de salud Hugo López-Gatell. Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a mediados de julio de 2020, más de 9 mil de sus derechohabientes fueron referidos a hospitales privados para la atención de padecimientos no relacionados al coronavirus.
De acuerdo al IMSS, en el marco del convenio del gobierno federal con la Asociación nacional de hospitales privados y el Consorcio mexicano de hospitales, finalizado el 23 de julio, los servicios brindados fueron en el área de ginecobstetricia y cirugía general. En cirugía general, se atendieron patologías de gastroenterología y urología, como hernias, apendicitis y enfermedades de la vesícula que requirieron atención urgente. Además, se dio atención de parto, embarazo y puerperio y se realizaron cesáreas a derechohabientes.
Según el IMSS, el Consejo de salubridad general avaló a 224 hospitales a nivel nacional para dar estos servicios, los cuales fueron totalmente gratuitos. A fin de dar acceso a este programa se habilitó el número 800 213 2684, opción 1, para canalizar al paciente al nosocomio más cercano. En su momento, se anunció que se analizaría extender el convenio con base en el estado de la pandemia y la ocupación hospitalaria.
Para principios de agosto, sólo en Nuevo León se ha decidido firmar un nuevo convenio con hospitales privados para atender a derechohabientes del IMSS. Este acuerdo contempla la atención de padecimientos quirúrgicos y clínicos, como el cáncer de mama y el cervicouterino, diabetes, hipertensión, enfermedades de la columna vertebral, derivación ventrículo peritoneal, infección en vías urinarias, pancreatitis y convulsiones.
En otra instancia desde principios de agosto la Secretaría de Salud (SSA) lleva a cabo la planeación de “desconversión” hospitalaria, con el fin de regresar parte de las unidades que fueron acondicionadas a fin de atender la Covid-19 a la atención de padecimientos no relacionados al coronavirus. “Estamos analizando múltiples opciones para garantizar el tratamiento y la continuidad del servicio para pacientes no Covid”, señaló el 5 de agosto el subsecretario López-Gatell y mencionó, existe la posibilidad de un cambio en la clínica donde el derechohabiente recibirá la atención médica en un futuro, aunque aún no se ha dado a conocer un plan oficial para este proceso.
Debido a la baja en la ocupación hospitalaria, hospitales de la Ciudad de México han comenzado este proceso de desconversión. Estos son el Hospital General de México Eduardo Liceaga, desde la primera primera semana de agosto, así como el Hospital General Xoco y el Hospital General Balbuena, a finales de la segunda. Aunque estos hospitales comienzan el regreso a la normalidad, la infraestructura para atender la Covid-19 permanecerá instalada para volver a funcionar en caso de un rebrote.
La pandemia de coronavirus ha causado desafortunadamente un rezago en la atención de otros padecimientos en México, ante la reconversión de hospitales para pacientes con el virus y el temor, también, de algunas personas de contagiarse al acudir por atención médica. El gobierno ha llevado a cabo distintos programas desde el inicio de la pandemia para mitigar las consecuencias, sin embargo el panorama persiste, por lo que el proceso de desconversión deberá atender las necesidades regulares de la población, manteniendo la posibilidad de tratar a enfermos de Covid-19 si llegasen a subir las cifras de contagios nuevamente.