Ginebra.- El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) predijo que el número de personas con coronavirus en todo el mundo llegará a 20 millones esta semana, incluyendo cerca de 750 mil decesos.
En una sesión informativa el lunes, Tedros Adhanom Ghebreyesus reconoció que “detrás de estas estadísticas hay una enorme carga de dolor y sufrimiento”, pero agregó que aún hay “señales de esperanza” sin importar la etapa del brote en que un país o región se encuentre.
Si bien el funcionario no brindó nuevas estrategias para combatir el virus, reiteró que los “líderes deben redoblar las medidas y la población necesita adoptar nuevas disposiciones”, y puso a Nueva Zelanda como ejemplo para el mundo. El país recientemente llegó a 100 días sin casos locales de COVID-19.
Tedros agregó que las medidas recientemente adoptadas en lugares como Gran Bretaña y Francia, que han impuesto cierres orientados y estrategia de uso de mascarillas en la última semana, son un buen ejemplo de las estrategias específicas necesarias para frenar el rebrote del virus.
Por su parte, el director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS dijo que el COVID-19 no parece seguir el patrón estacional que algunos virus muestran, lo que dificulta su control.
A diferencia de otras enfermedades respiratorias como la influenza que se propagan principalmente en invierno, la pandemia del coronavirus toma fuerza en verano. Eso pese a las predicciones anteriores de científicos y políticos de que se degradaría bajo el calor.
“Este virus no ha mostrado un patrón estacional de ese tipo”, subrayó el médico Michael Ryan en la sesión del lunes. “Lo que está demostrado claramente es que si uno quita presión al virus, éste se recupera”.
Ryan añadió que la agencia de salud de Naciones Unidas sigue aconsejando, incluso a los países donde el COVID-19 parece estar bajo control como algunos de Europa, mantener las medidas para ralentizar la propagación.
Instó a las autoridades de países en que los contagios se mantienen a un nivel intenso, como el caso de Brasil, adoptar las medidas necesarias para que las comunidades cuenten con el apoyo para implementar estrategias como el distanciamiento social, el uso de mascarillas y, en caso de detectar síntomas, el autoconfinamiento.
En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todo los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte.