El poder judicial iraní llevó a cabo durante la mañana del 20 de julio de 2020 la sentencia de muerte en contra de Seyed Mahmun Musavi, acusado de espionaje y traición al país por proporcionar información confidencial sobre la intervenciones militares iraníes en Irak y la guerra civil siria, en la que brindan apoyo militar al presidente Bashar al-Asad.
Detalló el medio nacional iraní IRIB que Musavi proporcionó a la CIA datos del jefe de seguridad del presidente de Siria, además de detalles sobre la reestructuración de las agencias de inteligencia y seguridad de dicho país y que, de 2013 a 2017, recibió 280 mil dólares por su trabajo. Igualmente, transfería información a Washington y al servicio secreto isrealí sobre los movimientos del general iraní Qassem Soleimani.
Soleimani fue asesinado el pasado 3 de enero de 2020 en un bombardeo a una base militar en Bagdhad, Irak, perpetrado de improvisto por el ejército de Estados Unidos. Soleimani fungía como comandante de la Fuerza Al-Quds, división de la Guardia Revolucionaria Islámica especializada en operaciones extraterritoriales, entre las que destacan las intervenciones a favor del gobierno de Bashar al-Asad en la guerra civil siria.
A raíz del ataque, la justicia iraní abrió un proceso en contra de 36 militares y políticos de Estados Unidos, incluido el presidente Donald Trump. Además, bombardeó dos bases militares estadounidenses en Irak, provocando cientos de heridos. Sin embargo, el gobierno de Irán ha lidiado con manifestaciones crecientes de disidencia y oposición al interior, cuestionando la viabilidad y legitimidad de la intervención iraní en Siria.
Si bien, el reciente asesinato de Soleimani y el aumento de las bajas iraníes en los primeros meses de 2020 han reencrudecido el clima político de Irán y afectado negativamente la imagen del régimen, el hecho de que Mahmun Musavi fuese detenido cuatro meses antes del asesinato del comandante revela que la seguridad del régimen iraní se ve amenzada desde hace tiempo.
Por otra parte, la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias afirmó que el ataque contra Soleimani por parte del gobierno de Estados Unidos fue injustificado y, por tanto, ilegal. Argumentó la ausencia de una amenaza inminente a la vida e intereses estadounidenses, razones con las que el presidente Donald Trump justificó su decisión de iniciar el bombardeo.
Se desconoce aún el impacto a escala internacional que acarreará el asesinato de Soleimani, pieza importante en el delicado equilibrio de fuerzas en el medio oriente, así como el grado alcanzado por las renovadas tensiones entre Estados Unidos e Irán, país que ha visto comprometida la unidad de su gobierno en los meses recientes.