Con un incremento en la popularidad de los vehículos eléctricos (EV’s), la industria eléctrica automotriz se enfrenta a un desafió que va en crecimiento: baterías usadas. Los autos eléctricos requieren baterías que proporcionen una autonomía y aceleración confiables. Al final de su vida útil, las baterías retiradas aún podrían retener el 70-80% de su capacidad inicial lo que podría aprovecharse para otros sectores.
Applied Energy, revista especializada en ingeniería energética, publico un estudio titulado “Modelo tecnoeconómico de baterías de segunda vida para energía solar a escala de servicio público” realizado por Ian Mathews y el profesor de ingeniería mecánica Tonio Buonassisi, jefe del Laboratorio de Investigación de Fotoeléctrica, ambos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT por sus siglas en ingles).
Se estudió la economía de varios escenarios: construir una granja solar de 2.5 megavolts; construir la misma matriz junto con un nuevo sistema de almacenamiento de batería de iones de litio, o construirlo con un conjunto de baterías hechas de baterías de vehículos eléctricos reutilizadas. Descubriendo que un sistema de baterías de vehículos eléctricos usadas puede ser una inversión buena y rentable siempre que estas cuesten menos del 60 por ciento de su precio original.
“Hay muchos problemas a nivel técnico; ¿Cómo revisa las baterías cuando las saca del automóvil para asegurarse de que sean lo suficientemente buenas como para reutilizarlas? ¿Cómo empacar las baterías de diferentes automóviles de manera que sepa que funcionarán bien juntos?, y ¿No tendrá una batería que sea mucho más pobre que las otras y disminuya el rendimiento del sistema? “, explicó Mathews.
¿Cuanto durarán las baterías?, la principal pregunta en esta propuesta. Se considera que desde su retiro del vehículo, estas cuentan con un 80 por ciento de su capacidad inicial. Tomando esto en cuenta, existe la propuesta para ser retiradas cuando estas lleguen hasta el 60 por ciento o incluso menor. Para determinar esto es necesario realizar estudios piloto a largo plazo. Muchos fabricantes de vehículos eléctricos ya comienzan a hacer tales estudios.
McKinsey Corp., compañía en servicios de consultoria, publicó un informe donde muestra que a medida que la demanda en proyectos de energía renovable crezca entre 2020 y 2030, las baterías vehículos eléctricos de segundo uso podrían satisfacer la mitad de esa demanda. Algunas compañías de vehículos eléctricos ya están diseñando sus paquetes de baterías específicamente para una reutilización lo más fácil posible.
Para 2029, habrá alrededor de 3 millones de baterías usadas de vehículos eléctricos por año, lo que representa el primer lote de baterías en jubilación y alrededor de 108 gigawatts de capacidad de almacenamiento disponible. Las principales compañías automotrices han anunciado varios proyectos e iniciativas comerciales para baterías de segunda vida. El sector de la batería de segunda vida aún se encuentra en su etapa inicial y las regulaciones podrían desempeñar un papel clave en la viabilidad y el valor del segundo uso de estas.
China ha sido pionera en este ámbito, ya que desde 2018 anunció varias medidas y planes para regular el reciclaje y el segundo uso de baterías. Sin excepción, todas las baterías de vehículos eléctricos producidas en el país reciben una identificación única para rastrear las baterías pasando por la producción, venta, uso, recolección, segundo uso y reciclaje, dando la oportunidad en el abordaje de los problemas relacionados con el segundo uso de la batería.