Las herramientas tecnológicas pueden ser de gran ayuda en muchos campos de la ciencia, la humanidad, las industrias y también en la salud. Este último ha destacado en los primeros meses de 2020. A raíz de la pandemia de Covid-19, se han visto involucradas muchas tecnologías, entre ellas el aprendizaje automático o machine learning, un método analítico que permite a un sistema por sí mismo y sin intervención humana pueda aprender a descubrir patrones, tendencias y relaciones entre datos de forma automatizada.
Gracias a dicho conocimiento basado en la inteligencia artificial (IA), muchas empresas alrededor del mundo la están empleando con la intención de erradicar la pandemia por Covid-19. En un inicio, las redes sociales y buscadores en internet –Twitter, Facebook, Google, entre otros- comenzaron a utilizar sus algoritmos a fin de encontrar contenido malintencionado, fake news, malwares, relacionado con el coronavirus, pero ahora, el machine learning tiene otra función.
Muchos países están implementando el aprendizaje automático, por ejemplo, en Uganda, la organización sin fines de lucro GiveDirectly, está trabajando con la compañía telefónica local con el propósito de dirigir la asistencia gubernamental a los usuarios que viven en ciertas comunidades vulnerables y no hay recursos para combatir el coronavirus. La compañía se conecta con las personas por medio de llamadas, se les solicita su consentimiento y se les ofrece una transferencia de efectivo sin compromiso.
De igual manera, en Bangladesh el gobierno local espera poder utilizar la base de datos de los usuarios de telefonía móvil con el objetivo de realizar estudios y determinar si los clientes cumplen con ciertos criterios de elegibilidad para brindarles una asistencia de emergencia y otorgarles beneficios, además de verificar si están acatando las órdenes de permanecer en casa. Todos estos servicios basados en el machine learning pueden ser funcionales debido a que las compañías de telefonía móvil tiene mucha información actualizada sobre cada región donde operan y viven las personas en comparación a la base de datos que puede manejar los gobiernos de cada país.
El potencial es enorme, no solo en países en desarrollo, sino en todo el mundo. La transferencia de ayuda a través de los dispositivos móviles podría aumentar de forma drástica la oportunidad y eficacia de las respuestas humanitarias, al mismo tiempo, minimiza la necesidad de contacto cara a cara con los empleados de cualquier dependencia, ya sea gubernamental o privada en medio de una pandemia.
Los beneficios podrían llegar rápidamente a un gran número de personas que de otro modo serían invisibles para los gobiernos al no tener un trabajo formal, identificaciones oficiales o cuentas bancarias, pero los riesgos de utilizar los datos privados del consumidor pueden ser inmensos. Cualquier violación al momento de compartir información confidencial de los usuarios cometida en una emergencia deberá concluir una vez terminada la crisis sanitaria, no obstante, hay innumerables ejemplos de expansiones de la vigilancia por parte de los organismos encargados de hacer cumplir las leyes que aún mantienen vigentes y no existe tiempo alguno donde puedan detener las iniciativas.