Luego de haber flexibilizado las restricciones de la cuarentena, el gobierno surcoreano decidió cerrar nuevamente bares y clubes en Seúl tras un repunte en el número de contagiados por COVID-19.
El país asiático ha sido un modelo a seguir en el control del nuevo coronavirus. Corea del Sur no registraba más de 30 casos desde el pasado 12 de abril, e incluso la semana pasada tuvo tres días consecutivos con menos de 10 contagios diarios, ninguno de ellos local.
Sin embargo, en los últimos días fueron confirmados nuevos casos relacionados con un hombre de 29 años que dio positivo después de pasar un tiempo en cinco clubes y bares en Itaewon el fin de semana pasado.
Desde entonces se han confirmado al menos 40 casos, que incluyen gente que estuvo en los mismos locales y también compañeros de trabajo o familiares de distintos contagiados iniciales.
Ante esto el alcalde de Seúl, Park Won Soon, emitió la orden de cierre de todos los clubes y bares de la capital.
El paciente en cuestión no presentaba síntomas en el momento en que visitó los locales. Se calcula que estuvo en contacto con cerca de 1.500 personas en espacios cerrados.
Ahora, las autoridades sanitarias están tratando delocalizar al resto de clientes por medio de registros de cámaras y tarjetas de crédito, para advertirles de que pueden estar contagiados por el coronavirus.
Las nuevas infecciones llegan cuando la vida cotidiana en Corea del Sur comenzaba lentamente a volver a la normalidad, con el gobierno relajando las reglas de distanciamiento social el pasado miércoles.
El presidente Moon Jae-in dijo este domingo que los nuevos casos de contaminación habían “creado conciencia de que incluso durante la fase de estabilización, situaciones similares pueden surgir nuevamente en cualquier momento”.
Corea del Sur informó este domingo de 34 nuevos casos, el mayor aumento diario en un mes. “Esto no estará terminado hasta que esté realmente terminado”, dijo Moon.