A raíz del confinamiento obligatorio producido por la pandemia de COVID-19, el potencial aumento de las descargas de la aplicación Zoom que tiene como principal función las videoconferencias con el objetivo de comunicar a los usuarios para trabajar o socializar, ha presentado problemas de seguridad en su servicio. La aplicación detectó miles de cuentas bots no autorizadas que realizan videoconferencias en línea y comparten contenido audiovisual de carácter violento o sexual.
Recientemente, un usuario puso evidencia a la plataforma alegando que reveló información privada sin su consentimiento a otras empresas, entre ellas Facebook. En otros casos, los piratas cibernéticos lograron acceder a las cuentas de usuarios de la plataforma mediante técnicas de stuffing -bots completan información de usuarios reales con la intención de acceder a las cuentas-. Encima, la información confidencial se ofrecía en ocasiones de manera gratuita a otros hackers a fin de utilizarlas en actividades ilegales o hacer zoombombing, término empleado a los bots que consiste en entrar a llamadas grupales como intruso.
Asimismo, Michael Drieu accionista de la compañía presentó ante los tribunales de San Francisco, California, una demanda formal el pasado martes 7 de abril de 2020 en la que acusa a la aplicación de tener medidas indebidas en los términos de seguridad y privacidad en la información confidencial de cada persona, al mismo tiempo, la organización falseó la información bajo la cláusula de encriptar los datos confidenciales, pero no lo llevaba a cabo.
Después de la acción legal por parte del accionista, el gobierno de Estados Unidos tomó la decisión de abrir una investigación en contra de Zoom. Una compañía de ciberseguridad estadounidense llamada Cyble alertó a los usuarios en Internet que la plataforma tiene poco más de 500 mil cuentas cuya información se vende actualmente a hackers en la dark web, por menos de un centavo de dólar.
Eric Yuan, presidente ejecutivo de Zoom salió en defensa de la plataforma pidiendo disculpas a los usuarios argumentando que la compañía no cumplió con las expectativas de privacidad y seguridad de la comunidad. También, destacó los problemas de la plataforma al no aclarar con exactitud que algunos datos en la aplicación no pueden ser cifrados o encriptados de forma correcta basados en el protocolo de comunicación patentado por la misma empresa.
Si los usuarios temen por su seguridad dentro de la plataforma, una de las precauciones más importantes es actualizar la aplicación ya sea en PC o dispositivos móviles con sistemas operativos iOS o Android. Otra medida podría ser utilizar contraseñas personalizadas en cada sala de videoconferencias, deshabilitar las funciones de Join Before Host con la intención de eliminar acosadores, File Transfer que evita la propagación de spam o contenido no deseado y Allow Removed Participants to Rejoin a fin de negar el acceso bloqueando a los visitantes no deseados durante las videoconferencias.
Con 200 millones de usuarios conectados al día a través de Zoom, la aplicación se convirtió en una de las apps más importantes para realizar videoconferencias en medio de la pandemia de COVID-19, donde las medidas sanitarias y el aislamiento social son iniciativas normalizadas en todo el mundo. Hasta el momento, la empresa se mantiene trabajando a marchas forzadas a fin de resolver los errores de privacidad y dar solución a todos los problemas de la aplicación que le ha traído consigo pérdidas de casi un tercio de su valor en el mercado financiero.