Ante la creciente pandemia de COVID-19 se ha disparado una necesidad de pruebas rápidas por parte de la comunidad médica y de la población en general para acabar con la incertidumbre y tener números más reales respecto al padecimiento en México y el mundo; sin embargo, el subsecretario mexicano de Prevención y Promoción a la Salud, Hugo López-Gatell, no confía en ellas, y sucesos recientes pueden darle la razón.
Diversos países en Europa han reportado fallas con las pruebas rápidas de detección de coronavirus importadas desde China, esto generó pérdidas económicas con el material solicitado. En España, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social repartió 8,000 pruebas de diagnóstico rápido de un paquete de 58,000 cuando decidió hacer exámenes de fiabilidad al material: el resultado fue de un 30% de sensibilidad, cuando los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) solicitan, al menos, un 80% de sensibilidad. En total, la compra del gobierno español fue por 640,000 pruebas rápidas de detección de coronavirus.
Turquía, por su parte, ordenó 350,000 pruebas rápidas luego de enviar a Estados Unidos 500,000 pruebas fabricadas en su territorio; no obstante, el gobierno turco decidió realizarle pruebas antes de ponerlas en circulación con la comunidad sanitaria. El resultado, una vez más, fue insatisfactorio. Cabe señalar que Turquía es de los pocos países que manufactura sus propias pruebas médicas, aunque éstas arrojan resultados “confiables” después de seis horas; las pruebas compradas a China arrojan resultados después de 15 minutos.
Las pruebas solicitadas tanto por Turquía como por España fueron fabricadas por Shenzhen Bioeasy Biotechnology, empresa china con residencia en Cantón, quien indicó que los errores con su material se deben al mal uso de los mismos o la recolección incorrecta de las muestras por parte del personal médico.
Estos errores concuerdan con lo dicho por López-Gatell sobre este tipo de tests: “no hay pruebas rápidas competentes hasta el momento, ni México y asumo que tampoco otros países tienen una resistencia programada a usar pruebas rápidas“. La diferencia entre esta prueba y la prueba seleccionada por el Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) es su proceso: mientras la prueba rápida se basa en la detección de anticuerpos generados por el virus al estar infectado, la seleccionada por el InDRE funciona a nivel molecular con una Reacción en Cadena de la Polimerasa o PCR, lo que permite detectar al virus a nivel molecular; este tipo de prueba es la recomendada por la OMS.
Frente a la negativa de uso de las pruebas rápidas de detección de coronavirus, el subsecretario ha sido señalado de forma negativa por diversas figuras políticas, como Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, quien señala que López-Gatell no quiere que se mida el impacto de la pandemia en México.