El Programa Mundial de Alimentos alertó que millones de personas necesitarán ayuda para obtener alimentos, particularmente en África, por los efectos provocados por la pandemia de COVID-19.
El jefe de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Arif Husain, explicó que una sequía puede tener impacto en el suministro y una recesión puede producir un shock en la demanda de alimentos, pero ahora se tienen dos situaciones a la vez.
Indicó, en una conferencia de prensa telemática desde Roma, que al año los intercambios de arroz, soja, maíz y trigo permiten alimentar a 2 mil 800 millones de personas en el mundo, de los cuales 212 millones están en situación de inseguridad alimentaria crónica y 95 millones en situación de inseguridad alimentaria grave.
“Ahora mismo mi equipo está analizando cuántas personas más pasarán hambre. Les puedo decir que serán millones más”, dijo el economista.
Alertó que para los países más pobres, las consecuencias económicas serán más devastadoras que la enfermedad de COVID-19 en sí.
Husain indicó que África es el continente más amenazado, en particular la región subsahariana, mientras que Somalia y Sudán del Sur son los países más expuestos a las perturbaciones de suministro en cereales.
Los países exportadores de petróleo, como Irán, Irak, Yemen y Siria, también figuran entre los más amenazados; en especial los últimos dos al encontrarse en guerra.