A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo contacto con el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, quien dio positivo a COVID-19, no se considera como un caso sospechoso, indicó Gustavo Reyes Terán.
Al ser cuestionado sobre si se le haría la prueba confirmatoria del nuevo coronavirus al ejecutivo, el titular de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad señaló que no es necesario.
“El presidente no es un caso sospechoso, no cumple la definición. No sabemos si en el momento en que hubo la cercanía entre el gobernador que ha sido positivo a COVID-19 tenía síntomas”
“Si no tenía síntomas sería poco probable que pudiera, y sobre todo si no hubo acercamiento de un metro y medio o menos, la posibilidad de que pudiera tener la infección es baja”, aseguró.
Indicó que ya en dos aeropuertos se le ha tomado la temperatura al presidente y está ha sido “completamente normal”, por lo que, mientras no tenga síntomas, no existe riesgo alguno.