Ante las demandas y necesidades de las comunidades de la Sierra Tarahumara, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció que pasará de 25 a 50 mil el número de hectáreas del Programa Sembrando vida, lo que duplicará la generación de empleos en la zona.
“Viendo las necesidades de la gente en esta zona Tarahumara se acordó pasar de 25 mil hectáreas que generarán 10 mil empleos a 50 mil hectáreas para lograr 20 mil empleos, para que la gente no tenga que emigrar por necesidad sino por gusto, para que haya trabajo donde nació”, indicó.
En el encuentro “Diálogo con la Comunidad del Hospital Rural San Juanito. Atención Médica y Medicamentos Gratuitos“, el mandatario destacó la importancia de que se mejoren también los planteles multigrados donde un profesor otorga clases de primero a tercer año y otro de cuarto a sexto grado.
Resaltó que todos los programas sociales que otorga el Gobierno federal ya se realizan sin intermediarios y de forma directa, porque “no llega” el apoyo, pasa muchas instancias y si es que llega “no está completo. Llega con piquete de ojo”.
El Ejecutivo federal refirió que se está a punto de llegar a los 20 millones de beneficiarios de los programas sociales con una inversión de 300 mil millones de pesos para el bienestar del pueblo “y ello cuesta trabajo entregar porque no hay sucursales bancarias para poder retirar el dinero”.
Al lugar llegó un grupo de indígenas de la comunidad de Sisoguichi, que demandó a López Obrador la destitución del delegado de la Secretaría de Bienestar, Juan Carlos Loera de la Rosa, por el retraso en la entrega de los programas sociales en esa parte de lo alto de la Sierra Tarahumara.
“Queremos que el presidente (López Obrador) sepa de viva voz lo que está ocurriendo en la sierra. No tenemos trabajo, las cosechas han sido malas los últimos años y la Secretaría del Bienestar solo nos ha traído con promesas falsas”, dijo Luis Carlos González Fierros, coordinador de la “marcha rarámuri de trabajo y por el hambre”.
Afirmó que los programas federales han dejado fuera a mucha gente, particularmente mujeres adultas que ya no entran en los apoyos para los jóvenes, ni en el de los adultos mayores, aunque en general esa problemática afecta a cerca de 60 por ciento de la población.
Los quejosos, quienes portaban mantas o cartulinas en las que se leía: “Tenemos hambre”, “Loera miente”, “Loera no escucha”, “No traicionar, no robar, no mentir”, exigían a López Obrador oportunidades de trabajo porque “hay mucha hambre y los programas de Prospera (ahora Bienestar) se le retiraron a muchas personas”.