El Santo, ídolo y leyenda de la lucha libre mexicana, combinó su éxito en el ring y su imagen para destacar en el mundo del entretenimiento, donde saltó de las cuatro cuerdas a los cómics y posteriormente al cine.
Nacido en Tulancingo, Hidalgo, el 23 de septiembre de 1917, Rodolfo Guzmán Huerta, su nombre real, atrapó a los fanáticos de la lucha libre y, como “El Santo”, fue el héroe de niños y adultos en México y el mundo.
A 102 años de su nacimiento, el luchador mexicano conocido como “El Enmascarado de Plata” cautivó a la sociedad mexicana por su habilidad en el ring, pues peleó con luchadores como Black Shadow, Espanto, Mil Máscaras, Rayo de Jalisco y Blue Demon, su eterno rival.
A inicios de la década de los años 30, Guzmán Huerta probó suerte con varios pseudónimos como Rudy Guzmán, El Hombre Rojo, El Enmascarado, El Incógnito, El Demonio Negro y El Murciélago Enmascarado II, pero finalmente se quedó con El Santo. Peleó de 1942 hasta 1982, sin perder su máscara y su figura quedó inmortalizada a través del deporte, los comics y las películas en las que participó.
Su legado en el cine
En los años 50 se convirtió en un símbolo para la sociedad mexicana, ya que su personaje trascendió el ámbito del pancracio y se transformó en un superhéroe, con historietas y películas incluidas.
En el mundo cinematográfico, El Santo se enfrentó contra lobos, vampiros, momias, zombies, extraterrestres y otros seres mitológicos en más de cinco decenas de filmes.
Su primera cinta fue Santo contra Cerebro del Mal (1958); en Cuba en 1961 filmó Santo contra hombres infernales, cuyo rodaje concluyó justo un día antes que Fidel Castro declarara la victoria de la Revolución Cubana en La Habana, mientras que en 1982, protagonizó su última película La furia de los karatecas.
En el ring los rivales de El Santo, nunca lograron despojarlo de su máscara, pero el 26 de enero de 1984, justo 10 días antes de su muerte, “El Enmascarado de Plata” se presentó en el programa Contrapunto, de Jacobo Zabludovsky, en vivo se despojó de su máscara, aunque sólo mostró una pequeña parte de su rostro.
El luchador y actor se retiró de los cuadriláteros el 12 de septiembre de 1982, en el entonces Toreo de Cuatro Caminos, con un lleno total, en una lucha de relevos atómicos donde lo acompañaron Gori Guerrero, Huracán Ramírez y El Solitario, que enfrentaron al Perro Aguayo y los Misioneros de la Muerte: Texano, Negro Navarro y El Signo.
Leyenda
La imagen y legado de “El Enmascadado de Plata” perdura en la memoria de la sociedad mexicana, así como los proyectos que impulsa El Hijo del Santo.
En 2009 se inauguró el Museo del Santo en Tulancingo; en su pueblo natal fue edificada su primera escultura a finales de los años 90, y la segunda fue realizada en 2004 a cargo del artista mexicano Edwin Jorge Barrera García, dos años después, el mismo artista realizó otra en bronce, la cual está ubicada en la Plaza de Santo en la Ciudad de México.
En 2008, México emitió sellos de El Santo y el 2016 Google presentó un doodle en conmemoración por los 99 años de su nacimiento, mientras que en 2011 se hizo una reproducción en cera de tamaño natural, que actualmente se exhibe en el Museo de Cera de la Ciudad de México.
Guzmán Huerta murió el 5 de febrero de 1984 de un infarto al miocardio y fue enterrado en Mausoleos del Ángel.