La policía de Hong Kong terminó con gases lacrimógenos a la media noche de este domingo con los últimos grupos de manifestantes de la nueva marcha que se realizó contra la suspendida ley de extradición.
Los manifestantes se plantaron en las céntricas avenidas Connaught Road Central y West, impidiéndo el paso de los vehículos, además de que se reunieron frente la Corte de Apelaciones y la oficina de representación de Beijing.
Grupos de personas vestidas de blanco que se estima pertenecen a organizaciones delincuenciales chinas, agredieron a pasajeros del tren subterráneo que habían asistido a la marcha, reportó el South China Morning Post.
Hacia la 1:00 de este lunes 22 (17:00 GMT del domingo) el barrio de Sheung Wan sede de efrentamientos, estaba ya libre de manifestantes pero aún con presencia de elementos antidistrurbios, añadió el rotativo.
La marcha multitudinaria recorrió este domingo las calles de Hong Kong por séptimo fin de semana consecutivo, en protesta por el suspendido proyecto del gobierno que amenazaba con extraditar presos a China, así como para exigir una investigación a las fuerzas de seguridad por uso excesivo de fuerza.
Según informes de la policía de Hong Kong, en las manifestaciones participaron unas 138 mil personas, pero el grupo que organizó la marcha, el Frente Civil para los Derechos Humanos (CHRF), asegura que el número de personas alcanzó los 430 mil.
Las autoridades reforzaron la seguridad en el centro de este territorio semiautónomo de China para evitar enfrentamientos como los del domingo pasado, cuando ocurrieron fuertes choques entre manifestantes y policías, que dejaron al menos 40 detenidos y aproximadamente 28 heridos.
Los inconformes exigen que sea establecida una comisión independiente que investigue las acciones de la policía, que disparó balas de plástico, gases lacrimógenos y gas pimienta en anteriores marchas.
Como pruebas de esas acusaciones han sido divulgados varios videos de agentes policiales cuando atacan con bastones a manifestantes desarmados, lo que ha provocado enojo de algunos sectores de la sociedad hongkonesa.
El movimiento comenzó el pasado 9 de junio con el rechazo de un proyecto de ley, ahora suspendido, que autorizaba las extradiciones a la China continental. Luego las protestas continuaron para pedir que se mantengan las libertades democráticas de las que goza Hong Kong, en particular la libertad de expresión y la independencia de la justicia.
Otras quejas de los organizadores son que la policía limitó la ruta aprobada para la marcha, modificó el recorrido para evitar que pasara por edificios del gobierno e instaló barricadas de dos metros de altura en algunas zonas.