Sara Netanyahu, esposa del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se declaró hoy culpable por el mal uso de fondos estatales para las comidas en la residencia oficial de gobierno, como parte de un acuerdo alcanzado la semana con la Fiscalía.
Durante su audiencia ante el Tribunal de Magistrados de Jerusalén, Sara Netanyahu reconoció haber gastado de manera deliberada unos 50 mil dólares del dinero público en comidas de entrega a domicilio para la residencia oficial del primer ministro, pese a contar con un cocinero de tiempo completo.
Bajo los términos del acuerdo de culpabilidad alcanzado la semana pasada para evitar una condena mucho mayor, la esposa del jefe de gobierno israelí deberá pagar unos 12 mil dólares por concepto de reembolso y una multa de dos mil 500 dólares para quedar absuelta de los cargos de fraude y abuso de confianza.
De acuerdo con la acusación, Sara Netanyahu, junto con un empleado del gobierno, obtuvo de forma fraudulenta del Estado más de 100 mil dólares para la compra de cientos de comidas suministradas por restaurantes, evitando las regulaciones que prohíben la práctica si un cocinero trabaja en su hogar.
El acuerdo también establece que Sara Netanyahu no tendrá que declararse culpable de defraudar al Estado, ya que fue acusada de hacerlo cuando se presentó la acusación por primera vez en junio de 2018, ni será procesada después de que el caso haya pasado por un proceso de arbitraje de seis meses.
“Como en cualquier acuerdo de culpabilidad, cada parte hace concesiones, a veces concesiones difíciles, teniendo en cuenta su comprensión del caso y las posibilidades y riesgos en el manejo del caso”, indicó el fiscal Erez Padan en la audiencia de este domingo, según un reporte del sitio Ynetnews.
La Fiscalía considera que hizo concesiones significativas mutuas, que facilitaron la entrega de un acuerdo de culpabilidad “equilibrado”, aunque el abogado de Sara Netanyahu calificó la sentencia como un “castigo severo y doloroso”.
“Este es uno de los castigos más severos, duros y dolorosos que una persona que conozco ha recibido. Este es un castigo intolerable, un castigo inhumano”, dijo el abogado.
El primer ministro de Israel, quien está involucrado en tres investigaciones por presuntos cargos de corrupción, abuso de confianza, fraude y soborno, ha calificado las acusaciones contra su esposa de “absurdas e infundadas”.