La violencia contra líderes sociales en Colombia sumó en solo los primeros cuatro meses de este año prácticamente la mitad de las muertes registradas en todo 2018, alertó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).

La violencia alcanza incluso a otros sectores de la sociedad colombiana, por ejemplo la muerte del cineasta Mauricio Lezama, que rodaba un documental sobre el tema, registrada la víspera y atribuida por las autoridades a los disidentes de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El vocero de la ACNUDH, Rupert Colville, destacó en rueda de prensa la situación de Colombia ante el elevado número de asesinatos de líderes sociales, que tan solo entre enero y abril pasados suman 51, en comparación con los 115 registrados en los 12 meses de 2018.

Señaló que es alarmante ver los recientes hechos contra voceros comunales y activistas, quienes son acosados, amenazados y asesinados, y la tendencia parece empeorar.

En 2015 los casos sumaron 41, en 2016 fueron 61, en 2017 reportaron 41 y el año pasado 115 homicidios contra líderes sociales, defensores de comunidades afrocolombianas, indígenas, periodistas, campesinos y la comunidad LGBTI, así como algunos defensores del acuerdo de paz.

Aunque reconoció los pasos dados por el gobierno colombiano para mejorar la protección de la sociedad, Colville le pidió reforzar las medidas ante el desolador panorama y externó su preocupación ante la cercanía de las elecciones locales en octubre.

El caso más reciente de violencia fue el de Lezama, consejero del cine del departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, quien murió la víspera a manos de desconocidos mientras rodaba un documental.

Las autoridades de Arauca, uno de los más golpeados por el conflicto armado y con presencia de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ERLN) y la disidencia de las FARC, condenaron el ataque en una vía pública del pueblo Esmeralda contra director y productor de cine y promotor de cultura y paz.