Durante la presentación del nuevo libro de Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirmó categóricamente que México no se encuentra en ninguno de los tres escenarios que el ex presidente planteó para potencialmente retomar su vida pública: defensa de la democracia, ataque a la mandataria, o intento de golpe de Estado. “Afortunadamente no estamos en ninguna de las tres circunstancias que planteó el presidente”, subrayó Sheinbaum, añadiendo que “ya veremos y no creo que se presente” tal situación en México. El evento, cargado de simbolismo político, fue interpretado como muestra de unidad dentro del movimiento de la Cuarta Transformación, aunque también evidenció cambios en la dinámica entre ambos liderazgos.
La presidenta caracterizó los momentos actuales como de “reflexión” para López Obrador, tras años de intensa acción en el gobierno. “Muchas veces en su momento nos dijo: no es momento para tanto pensamiento, es momento para la acción. Y yo dije ahora a él le toca pues un momento de reflexión, pero sigue luchando desde donde está”, manifestó Sheinbaum con tono estratégico que balance reconocimiento de AMLO con reafirmación de su propia autoridad presidencial. Este matiz es clave en política mexicana: es necesario mantener la lealtad de la base morenista sin permitir que el ex presidente se convierte en contrapoder paralelo.
Los números que respaldaron su intervención fueron fuertes: la Cuarta Transformación es “el movimiento popular más importante del continente y quizá del mundo”. “Somos quizá un movimiento popular que estamos cercanos al pueblo, un movimiento social que está en el poder, porque no hay divorcio entre pueblo y gobierno”, enfatizó. Esta declaración responde a críticas recientes de que el gobierno ha actuado con dureza contra protestas de movimientos sociales, incluyendo la represión a manifestantes generacionales y el bloqueo de marchas. La presidenta sostuvo que “la mayoría de la gente está con el proyecto” y que “el pueblo está unido, fuerte”.
Sin embargo, subyace una tensión implícita: mientras Sheinbaum subraya estabilidad y continuidad, las investigaciones abiertas en la FGR sobre militares involucrados en “soldados del huachicol” (tráfico de combustible), casos de corrupción empresarial y vinculaciones criminales crean turbulencia institucional. El anuncio de estos casos coincidió con la salida de Gertz Manero, generando especulación sobre si existe protección política hacia ciertos actores. La presidenta, al destacar que “México analiza todos los días la realidad”, parece preparar terreno para acciones judiciales futuras que podrían tocar a figuras del gobierno anterior o vinculadas a ellos.
