Tras horas de tensión y la amenaza de un “paro nacional” que prometía detener el flujo de mercancías ayer 24 de noviembre, el Gobierno Federal logró desactivar el llamado “megabloqueo” convocado por diversas alianzas de transportistas. La Secretaría de Gobernación (Segob) estableció mesas de trabajo exprés para atender las demandas de seguridad en carreteras.
Aunque se evitó el colapso total, hubo protestas parciales y marchas lentas en al menos 17 estados, incluyendo puntos críticos en el Estado de México, Puebla y Veracruz. Los transportistas exigen un alto a las extorsiones y mayor presencia de la Guardia Nacional en las rutas de carga, donde los asaltos han incrementado su violencia.
Líderes de la Alianza Mexicana de Organización de Transportistas (AMOTAC) advirtieron que esta tregua es temporal. Si no ven resultados tangibles en la reducción de robos y asesinatos de choferes en los próximos 30 días, retomarán la convocatoria de paro indefinido.
La Presidenta Claudia Sheinbaum reconoció la legitimidad de las demandas pero criticó los métodos que afectan a terceros, asegurando que la estrategia de seguridad carretera se está reforzando con tecnología y más efectivos.
Por ahora, las principales autopistas operan con normalidad, aunque el sector empresarial estima pérdidas millonarias por los retrasos logísticos generados durante la jornada de ayer.



