En un intento por justificar que su súbita riqueza no es producto de tráfico de influencias, ni de conflicto de intereses, que tampoco es derivado de la corrupción, y mucho menos es “mantenido” a pesar de que “parece que la señora (su esposa) tiene dinero” -como lo disculpó en un principio su papá, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el tema es que José Ramón López Beltrán, cavó más hondo en la fosa que abrió el pasado 27 de enero el periodista Carlos Loret de Mola, al dar a conocer una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) en la que se presume conflicto de intereses, y/o tráfico de influencias y corrupción por el escándalo de La Casa del Bienestar y también conocido como La Casa Gris, por su similitud con la Casa Blanca del expresidente Enrique Peña Nieto.
Pero el que más valdría se hubiese mantenido en silencio es el propio José Ramón, el generador de todo este escándalo, que apareció después de 17 días para arrastrar aún más a su progenitor en esta avalancha que él mismo comenzó. Y lo hizo de la manera más torpe que lo podía haber hecho; En domingo, al filo de las 10 de la noche, se le ocurrió era buena idea subir a redes sociales un link -porque ni siquiera a carta llegó-, en el cual en tan solo un párrafo volvió a encender la mecha y abrir un nuevo frente para investigar que igualmente presume varias irregularidades.
“En la actualidad y desde el año 2020 trabajo como asesor legal de desarrollo y construcción para KEI Partners, una empresa privada en Houston a través de la cual recibí mi visa de trabajo TN. Soy un ciudadano privado, y no tengo injerencia alguna en el Gobierno de México. Mis ingresos provienen al cien por ciento de mi trabajo en Houston. No hubo, ni habrá conflicto de interés”, escribió el junior.
De inmediato se supo que la empresa fue creada en 2018, dos meses antes de que López Obrador fuese investido como presidente; que los directores de dicha compañía son Iván Octavio Chávez Saúl y Éricka Paola Chávez Campero junto con Karla Wiedemann, pero además, que Iván es hijo de Daniel Jesús Chávez Moran, fundador y dueño de grupo Vidanta, conglomerado de hoteles, centros turísticos y desarrollador de bienes raíces de lujo-, quien además funge como miembro del Consejo Asesor Empresarial del presidente López Obrador, quien también lo nombró “supervisor honorario” de la construcción del Tren Maya, por lo que se configuraría un nuevo conflicto de intereses en este caso.
Además, quedan dudas sobre la empresa para la que dice trabajar José Ramón, puesto que su página fue creada apenas el domingo; no cuenta con mayor información ni redes sociales y en ella solo laboran tres personas, cuatro con José Ramón.
Pero lo más grave es que el hijo del presidente presume desempeñarse como asesor legal, lo cual resulta altamente dudoso, siendo que para poder ejercer en el estado de Texas se deben cubrir requisitos específicos, pasar exámenes y acreditar ante la Barra de Abogados documentos apostillados y traducidos al inglés respecto a los estudios realizados, entre otros. José Ramón no aparece siquiera en el listado de abogados de la Barra del Estado de Texas, de manera que estaría laborando de manera ilegal en el vecino país del norte, con todo lo que ello significaría.
El pasado martes, una investigación de Elizabeth Hernández para Eje Central, develó que el único video que existe de Royal Pines, principal proyecto de la empresa KEI Partners, está hecho a partir de imágenes robadas de otros sitios en internet; el plagio abarca desde bares en Londres, Tokio, Suecia y Australia, hasta fotografías de revistas especializadas en diseño de interiores que los autores intentaron vender como parte de este desarrollo de lujo al norte de Houston.
Una revisión hecha por ejecentral a este video detectó que de las 60 imágenes que lo componen, sólo 16 son originales; y de éstas, la mayoría son planos de ubicación de ciertas áreas que formarán parte de los supuestos atractivos de Royal Pines.
El resto de las imágenes se puede rastrear en diferentes sitios de internet; por ejemplo, las vistas del salón “The Crofton” —uno de los supuestos espacios de este lujoso desarrollo— son en realidad fotografías del restaurante neoyorkino Maxwells Chophouse, y de una sala diseñada por Lori Morris para la revista Covet House.
Otro de los espacios con fotografías robadas es el de la guardería “Club Oruga” de Royal Pines, que en realidad pertenecen a una de las sucursales londinenses de la cadena de oficinas compartidas Second Home de Sam Aldenton y Rohan Silva.
Los creadores del video de Royal Pines también agregaron fotos de espacios creados para conciertos o espectáculos que son de otras ciudades como el paseo invernal de Hyde Park en Londres o el evento