Desde la Guerra Fría, finalizada en 1989, el Este y Occidente no tenían rencillas de relevancia… hasta ahora. La razón: un conflicto entre Rusia y su vecino Ucrania, que envuelve a potencias como Estados Unidos y la Unión Europea, así como a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la famosa OTAN. Esta última representa un pacto de protección mutua, política y militar, entre sus países miembros. Y ahí radica el conflicto: Rusia está exigiendo que se le niegue la entrada a la organización a Ucrania, por el riesgo de ataques que suponen les representa. Y aunque no de manera protagónica, México sí pinta de alguna forma en todo esto y también se ve afectado/beneficiado a corto y largo plazo con la situación.
El pasado 31 de enero, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió para tratar la gravedad de todo este conflicto. México forma parte de esa junta. Así que en voz de Juan Ramón de la Fuente, representante mexicano ante el consejo, se pronunció por ceñirse al principio de no intervención y a la solución pacífica.
En entrevista para Infobae, la embajadora eminente mexicana Martha Bárcena, experta en las relaciones diplomáticas que ha vivido de cerca mientras se desenvolvía como embajadora de México en EEUU (2018 a 2021); en Turquía (2013-2017); y en Dinamarca (2004-2013), dijo que México siempre ha dado una gran importancia a la democracia preventiva”.
“México sí considera que lo que está sucediendo en la frontera entre Ucrania y Rusia puede constituir una amenaza a la paz y a la seguridad internacionales”, agregó indicando que por tal motivo “reiteró la necesidad de respetar la unidad y la integridad territorial de Ucrania”.
Para tratar de exponer el escenario mexicano en esta situación, Bárcena Coqui consideró necesario tratar de entender, desde la propia mirada rusa, el motivo de sus reclamos.
“Lo más importante es que Rusia ha pedido un documento jurídicamente vinculante, es decir, garantías jurídicamente vinculantes para su seguridad”, indicó la diplomática. “Las concepciones de seguridad de Rusia, Estados Unidos y la OTAN son diferentes. Rusia sigue pensando en el concepto de seguridad mediante las llamadas esferas de influencia; estima que su seguridad está relacionada con la no instalación de fuerzas militares de Occidente en sus fronteras, y que para lograr eso, es necesario que Ucrania nunca sea admitida en la OTAN”.
El contexto se torna complejo. Ucrania solía ser parte de la Unión Soviética hasta hace unas tres décadas cuando esta se disolvió y el dicho país obtuvo su independencia. Aun así, durante los años venideros esa nación llevaba lazos fuertemente entrelazados con Rusia. Pero en 2014, el país liderado por Vladimir Putin fue señalado de propiciar una rebelión separatista en el oriente ucraniano, que resultó en la anexión de la Península de Crimea a su territorio. Desde entonces, el deseo ucraniano por alinearse con Occidente, se intensificó.
“Un ingreso de Ucrania (en la OTAN) en el corto plazo no es posible porque la propia organización sostiene que no aceptará a países que tengan problemas limítrofes, y Ucrania los tiene”, aclaró Martha Bárcena. Sin embargo, al ser una organización defensiva liderada por EEUU, los rusos buscan evitar a toda costa la posibilidad de que Occidente avance cada vez más con presencia militar cerca de sus fronteras. Biden y la OTAN han reiterado que el carácter de la organización es defensiva y no ofensiva.
En términos prácticos, resumió la embajadora eminente, Rusia está preocupada de que, al expandirse la OTAN al territorio ucraniano, ellos se verán en la necesidad de hacer lo propio y reforzar sus fuerzas defensivas, lo que implica un mayor gasto de recursos con lo que su desarrollo se vería afectado. “Pero la visión de EEUU y de la OTAN es diferente”, refirió, “ellos evitarán afectar la soberanía de un país, impidiéndole la entrada a dicha organización, por haber sostenido un acuerdo con otro”.
Para la veterana diplomática, lo ideal sería intentar comprender la postura rusa, que se defiende como legítima, “y tratar de acercar las dos concepciones”, en referencia a la postura de Occidente. Sí se evitará por el momento un conflicto militar, pero un consenso entre las posturas que ofrezca una solución a largo plazo “no está nada fácil”.
Y a México, ¿cómo le afecta?
Son varias áreas en las que México va involucrado, directa o indirectamente, señaló la exembajadora de ese país en EEUU. Empezando por el hecho de que México es parte del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que ya hizo que se tuviera que pronunciar sobre el tema.
De manera no tan directa, pero igual de relevante, “esta crisis está afectado los precios de algunos productos que son esenciales para la economía de México”, indicó, y pone como ejemplo el alza que está generando esta situación en el precio del petróleo.
“Hasta cierto punto está beneficiando a México, porque el presupuesto para 2022 se calculó con un precio de 55 dólares el barril y ahorita está a más de 80 dólares; quiere decir que México, por cada barril de exportación, está recibiendo más dinero del que esperaba”. Hasta este 3 de febrero, Petróleos Mexicanos (Pemex) ubicó el precio del barril para exportación en 83.83 dólares por unidad.
Aunque no todo es color de rosa, puesto que la exfuncionaria advierte que el mismo escenario afectará negativamente en el precio de las gasolinas para importación. “Ahí está ya la primera primera afectación: la crisis Rusia-Ucrania está afectando el valor de ciertos productos” para México.
No tan inmediato, pero también con efectos para México, consideró Bárcena Coqui, es la recomposición del mercado energético y de la canasta de fuentes de energía. Ella recordó que, hasta ahora, Rusia es el principal proveedor de gas para la región de Europa, sobretodo, a través de gasoductos. Sin embargo, refiere, el mercado del gas está cambiando lentamente hacia el llamado gas natural licuado, y el principal exportador de este, al menos en el último año, ha sido EEUU.
“Aquí la pregunta es: ¿va a poder Europa, en el mediano y largo plazo ser menos dependiente del gas ruso?”. Si la respuesta es sí, advirtió, una de las principales armas de negociación rusa y de sus fuentes de ingresos va a disminuir en importancia. Además, alertó, si EEUU exporta cada vez más gas natural licuado, probablemente tenga menos gas disponible para gasoductos, y resulta que México importa a través de esa vía desde su vecino del norte cerca del 70% de sus necesidades de gas natural, cuyo precio, eventualmente, podría subir y encarecer el recurso. “Pueden ser consecuencias de mediano y largo plazo pero sí vamos a ver una recomposición de los mercados energéticos, sobre todo en el uso del gas natural”.
Aun así, la embajadora rechaza que México se encuentre en una situación comprometedora en el conflicto de Rusia y Ucrania, precisamente por su apego a los principios del derecho internacional.
Asimismo, descartó que México se encuentre entre “la espada y la pared”, en su relación con EEUU y Rusia. “A todos los mexicanos nos queda clarísimo que el desarrollo económico de México está ligado intrínsecamente a los Estados Unidos”. Mientras que conociendo el servicio diplomático ruso, Bárcena rechazó que puedan presentarse presiones de ese lado, “ellos entienden muy bien dónde está México y jamás se les ocurriría tener presiones en otro sentido. En todo caso, lo que pediría es que México entienda las preocupaciones rusas”.
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