mañanera claudia sheinbaum

Mejor que el silencio: El poder de la palabra

Los periodistas vemos y oímos cosas que no debería ver nadie, desde lo más inverosímil y absurdo hasta lo más ordinario, aprendemos a contarlas de tal manera que cualquiera lo entienda, hacemos que vea por las orejas a aquel que va por ahí con una venda.

Llevo una vida buscando palabras que se conviertan en luz afilada con las cuales yo te pueda iluminar, palabras que rompan el silencio de lo que nadie te quiere contar, este es mi oficio, de él me mantengo, aunque conlleve cientos de sacrificios busco una forma de poderte informar.

Todo tiene su riesgo, y más si alguien no quiere que cuente verdades, sus intimidades, o no quieren que algún suceso se vuelva inmortal; se cuentan por cientos mis hermanos caídos en un país que se encuentra en segundo lugar mundial, donde la mortalidad de periodistas avanza cada vez más, es fuerte, pero alguien debe hacer el trabajo.

Los periodistas vemos y oímos cosas que no debería ver nadie, desde lo más inverosímil y absurdo hasta lo más ordinario, aprendemos a contarlas de tal manera que cualquiera lo entienda, hacemos que vea por las orejas a aquel que va por ahí con una venda, podemos mover conciencias, hacer que vayan por la senda correcta, tenemos el poder de la palabra, por eso nos tachan de manipuladores, hay quienes lo son, hay quienes no, siempre hay extremos y términos medios, no todo es blanco o negro, siempre se transita por la gran escala de grises.

Llenando un poco de contexto a estas palabras, les recuerdo que para el 9 de diciembre del 2021 el informe anual de la Campaña Emblema de Prensa (PEC), posicionó a México en segundo lugar mundial de muertes de periodistas, solo debajo de Afganistán; mientras que reportes de la organización Artículo 19 sitúan a México como el tercer lugar con 146 periodistas asesinados hasta la fecha, solo por debajo de Irak y Siria, que están en situación de guerra, cabe destacar que este informe va desde el año 2000, es decir que todas esas muertes han ocurrido a lo largo de 21 años; dentro de ese informe indican que 2017 fue el más letal para el gremio en México, con el homicidio de 12 comunicadores.

Entre las víctimas de ese año destacan los reporteros Javier Valdez, Miroslava Breach, Cecilio Pineda y Cándido Ríos, recordemos que ese año fue uno de los más trágicos por la encarnizada lucha contra el narcotráfico, durante el mandato de Peña Nieto; sumando el sin fin de escándalos que hubo en torno al mandatario federal.

Recientemente dos nuevos casos se suman a la larga lista de periodistas asesinados; Margarito Martínez y Lourdes Maldonado, ambos en la ciudad de Tijuana, en el norte del país considerado el más mortífero para ejercer el periodismo, dónde desde el 2007 han muerto 42 comunicadores.

Lourdes Maldonado contaba con una amplia trayectoria profesional en diferentes medios, cubriendo especialmente temas de política y corrupción en el estado de Baja California, según informan los medios que han cubierto esta noticia; Maldonado era consciente del riesgo que corría. “Temo por mi vida”, le llegó a decir cara a cara al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, durante una conferencia de prensa hace tres años, mismo que el lunes aseguró que su compromiso es “que no haya impunidad, que se encuentre a los responsables”.

Según compañeros y organizaciones del gremio periodístico, Maldonado estaba inscrita en el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, sin embargo, no sirvió para evitar su muerte, ni la de los 99 periodistas que han muerto desde la publicación de dicha ley el 25 de junio del 2012, siendo el 2020 uno de los más oscuros por la baja de 17 comunicadores.

Sin duda alguna “ese mecanismo definitivamente ha sido un fracaso, debe ser revisado porque no protege la vida de los periodistas”, critica duramente la periodista Sánchez Ley, quien hace años tuvo que abandonar Tijuana tras sufrir una agresión.

Ante estas declaraciones, y los hechos que hablan por sí solos, la Red de Periodistas de Mexicali exige fuertemente a la Fiscalía estatal que no descarte ninguna línea de investigación, dado que, tras haber ganado una demanda laboral contra una televisora local, propiedad del exgobernador estatal Jaime Bonilla, la comunicadora sintió que las amenazas iban incrementando, como lo expuso en un comunicado.

Sin lugar a duda ser periodista más allá de los temas que luego no abonan nada, se ha convertido en una profesión de alto riesgo por un salario de 344 pesos el día como promedio “aceptable”, pese a estar por debajo del mínimo establecido por la CONASAMI; donde en muchas ocasiones pierdes más, todo por llevar datos a un público que a veces solo te ve como un “traficante” o una “prostituta” de la información.

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