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Rockers, el lugar donde el vinilo se mantiene vivo en Jamaica

Orange Street, en el centro de Kingston, fue durante décadas el corazón de la industria musical jamaicana. Hasta finales de los años 90 aquí había decenas de tiendas de discos, estudios de grabación y sound system.

La calle también era conocida como “Beat Street”, ya que de allí surgían los ritmos de moda. Pero ya nada es igual: la llegada de lo digital puso fin a muchos negocios.

El último bastión de esa era dorada es, sin duda, Rockers International Records, una pequeña tienda de vinilos únicos. Antes era propiedad del gran artista de reggae Augustus Pablo y todavía hoy está a cargo de su familia.

Desde hace varios años muchos edificios de Orange Street, en el Downtown, pasaron a ser propiedad de empresas chinas y se reconvirtieron en almacenes al por mayor, supermercados y tiendas de electrodomésticos.

Ahora la calle está llena de letreros con inscripciones en mandarín. Pero hasta hace unos 20 años los grandes éxitos de la música reggae salían de esta caótica calle.

Las canciones se grababan en sus numerosos estudios de grabación, como Randy y Techniques, y luego se comercializaban en sus también numerosas tiendas de discos. El vinilo reinaba.

“Desafortunadamente, esos tiempos ya pasaron, y me temo que no volverán. Ahora todo se hace con la computadora, todo en digital”. Mitchie Williams, de unos 50 años, es una institución en Orange Street.

Músico, cantante e ingeniero de sonido, dirige Rockers International Records, la última tienda de vinilos de Jamaica, desde hace más de 15 años.

“Pero no nos rendimos. Creemos en el vinilo y en su historia, en la calidad de su sonido. Para un amante de la música, especialmente del reggae, poner un disco en el plato, colocar encima la aguja y sentir ese ligero susurro es una emoción sin igual”, asegura.

(Notimex-Luca Pistone)

Rockers International Records, ubicado en el número 135, tiene raíces antiguas. Lo inauguró en 1976 la leyenda del dub (un subgénero de la música reggae muy popular), Augustus Pablo, quien murió prematuramente en 1999.

Horace Swaby -el nombre real de Augustus Pablo- dirigió durante mucho tiempo el negocio junto con a su hermano Garth. La tienda también se convirtió en un estudio de grabación y en un importante sello discográfico.

“El Rockers -continúa Mitchie- era más que eso. En poco tiempo se convirtió en un punto de encuentro para artistas emergentes y establecidos. Todos vinieron aquí, desde Bob Marley hasta Jacob Miller pasando por Skatalites, Papa Kojack y Congos”.

“El gran Dennys Brown nació en la casa de aquí al lado, que ahora cae a pedazos. En el Rockers se debatía, se improvisaban conciertos, nos divertíamos. En parte ahora sigue siendo así”.

El Rockers International Records es una parada obligatoria para todos los amantes de la música reggae y, en particular, de la música reggae en vinilo.

Aunque el local no tiene más de 20 metros cuadrados, podría definirse como un verdadero museo de la música, debido a los vinilos que poseen en formato de 33 y 45 revoluciones. Coleccionistas de todo el mundo compran ahí.

Actualmente la tienda pertenece a la Augustus Pablo Foundation, creada por los dos hijos del artista, Isis Swaby, DJ y productora de música, y Addis Pablo, que siguió los pasos de su padre.

En el Rockers tenemos la suerte de encontrarnos a Addis, quien siempre está viajando por todo el mundo en sus giras. Cuando toca la melódíca, el instrumento que hizo famoso a Augustus, parece su clon. Toca algunos pasajes de “Java”, probablemente la pieza más famosa de Augustus.

“Para los jamaicanos el Rockers representa uno de los aspectos más importantes de nuestra cultura: el amor por el vinilo. Mientras en el resto del mundo el vinilo se está imponiendo nuevamente en el mercado, en Jamaica lo estamos olvidando”, comenta.

Agrega que “ya no hay fábricas que produzcan vinilos y cada vez es más difícil encontrar copias. Pero nosotros en el Rockers no nos rendimos, seguimos con la tradición que mi padre, el legendario Augustus Pablo, contribuyó a crear”.

El chico se llena de orgullo cuando habla de su padre. Continúa contemplando los hermosos murales al otro lado de la carretera en los que aparece Augustus con la melódica. Es evidente que Addis se siente en su hábitat natural entre vinilos polvorientos apilados por todas partes.

A pesar de su corta edad, 27 años, es autor de producciones musicales más que respetables. Además del exitoso proyecto Suns of Dub, Addis cuenta con colaboraciones con artistas del reggae de la talla de King Alpha y Queen Omega. En las próximas semanas lanzará un nuevo álbum.

“Mi música -añade- es un homenaje constante a mi padre y a los otros gigantes del reggae. Desafortunadamente, en Jamaica el roots, el reggae de los orígenes, dio paso a géneros que transmiten un tipo de mensaje totalmente distinto. Hoy las letras de las canciones están llenas de machismo, violencia y dinero”.

“Antes no era así, se hablaba de amor universal, paz y defensa de los derechos humanos. Yo y otros artistas jóvenes como Protoje y Chronnix, intentamos revertir esta tendencia y acercarnos a la tradición. Es difícil, lo admito, pero no nos falta voluntad”, enfatiza.

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