La crisis financiera que atraviesa la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) ha sido objeto de atención pública en los últimos meses, ya que la institución se ha visto en la necesidad de hacer frente a una deuda significativa que asciende a 5 mil millones de pesos con diversas instituciones públicas.
Estos adeudos, que incluyen compromisos con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT), han generado una serie de complicaciones en el manejo financiero de la universidad, afectando directamente la capacidad de la institución para cumplir con sus compromisos salariales y de prestaciones con sus trabajadores.
En un intento por enfrentar esta difícil situación, la rectora de la UAN, Norma Galván, ha liderado una serie de negociaciones y acuerdos con las instituciones acreedoras con el fin de reducir las multas y cargos que se han venido sumando a la deuda original.
“Van a pasar años para que la institución pueda tener o pueda hablarse de que ya no tenemos los adeudos que se tienen”, explicó la rectora Galván en una entrevista con medios de comunicación este martes, destacando la magnitud del problema y la complejidad de su resolución.
Para afrontar esta crisis, la universidad ha implementado medidas de austeridad y contención del gasto en su presupuesto ordinario. Estas medidas incluyen la eliminación de “aviadores” o personal no esencial, la reducción de prestaciones laborales y una disminución de la nómina administrativa.
No obstante, queda claro que la situación financiera de la UAN es delicada y requerirá de esfuerzos continuos y sostenidos para su resolución. En este sentido, la rectora Galván ha enfatizado la importancia de la colaboración entre todos los sectores involucrados, incluyendo a los trabajadores, estudiantes, autoridades y la sociedad en general, para superar este desafío y garantizar la viabilidad futura de la máxima casa de estudios de Nayarit.
