La tarde de ayer, la colonia 2 de Agosto en Tepic fue testigo de un evento que estremeció a la comunidad y recordó la importancia de la supervisión constante en el juego de los más pequeños. Una niña, que se encontraba jugando con otros niños en el techo de su casa, cayó desde una altura de aproximadamente tres metros, dejando a todos con el corazón en un puño.

Los hechos ocurrieron en la calle Zapata, entre las calles Che Guevara y cerrada. Mientras su padre se encontraba ausente, los niños se aventuraron a la azotea de su vivienda, tal vez llevados por la curiosidad y la emoción propia de la infancia. Fue entonces cuando, en un intento por bajar utilizando una cuerda, la niña perdió el equilibrio y cayó al vacío.

Por fortuna, en medio de la tragedia, un golpe de suerte pareció sonreír a la pequeña. Un montículo de arena, como si fuera un colchón improvisado, amortiguó su caída y evitó que las consecuencias fueran aún más graves. La niña resultó con escoriaciones y magulladuras, pero el susto fue el sentimiento más abrumador que experimentó.

Inmediatamente, los paramédicos se movilizaron para atender a la menor en el lugar del accidente. Afortunadamente, su condición no requirió de un traslado a un hospital, y las heridas pudieron ser atendidas in situ. Los profesionales de la salud se aseguraron de que se encontrara estable y fuera de peligro.

Mientras los paramédicos brindaban atención médica, los elementos de la Policía Estatal adscritos a la Unidad de Protección a la Mujer tomaron nota de los acontecimientos. Este tipo de incidentes, aunque accidentales, siempre deben ser documentados y evaluados, especialmente cuando involucran a menores de edad.