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La austeridad perdida del Congreso de Nayarit; Gastan 2 mdp al mes en ‘dieta’

La austeridad, en su esencia, lleva consigo la promesa de una gestión financiera responsable y equitativa, en especial cuando se trata del sector público. Sin embargo, en la realidad política actual, esta noción tan fundamental parece haber perdido su camino en el Congreso de Nayarit, donde las palabras y las acciones parecen divergir cada vez más.

El partido predominante en el Congreso ha sido un defensor vocal de la austeridad en sus discursos públicos. Sin embargo, la desconexión entre el discurso y la práctica ha dejado a muchos observadores atónitos. A pesar de las promesas de recortar los gastos superfluos y actuar en beneficio del pueblo, los diputados continúan recibiendo una dieta mensual de 69,000 pesos cada uno, lo que acumula una cifra impresionante de 2 millones 70 mil pesos mensuales.

Es difícil no notar la ironía en la situación. Los mismos individuos que son elegidos para representar los intereses y las necesidades de la población se benefician de cifras que contrastan fuertemente con la realidad financiera de muchos nayaritas. Aunque podrían argumentar que este salario les permite llevar a cabo su trabajo de manera eficiente, es esencial cuestionar si estos ingresos realmente reflejan la austeridad que proclaman.

Al inicio de su mandato, los miembros de la bancada morenista aseguraron que no continuarían con las prácticas consideradas “aspiracionistas” por la población. Sin embargo, los anuncios rimbombantes no se han traducido en acciones tangibles. La acumulación de gastos, incluidos no solo los salarios sino también vales de gasolina y otros beneficios, pone en tela de juicio la verdadera intención de la austeridad que prometieron defender.

En contraste con las cifras que perciben los diputados, el salario mínimo en Nayarit en 2023 se mantiene en 207.44 pesos diarios, lo que equivale a aproximadamente 6,223 pesos mensuales. Esta discrepancia financiera entre los representantes y los representados no solo es un recordatorio del poder asimétrico en la toma de decisiones, sino también un llamado a la responsabilidad y transparencia en el uso de los recursos públicos.

En un momento en que la desigualdad económica y la percepción de la desconexión entre los líderes y la población se encuentran en el centro del debate público, es esencial que los diputados reconsideren su compromiso con la verdadera austeridad. La retórica vacía solo puede perdurar por un tiempo limitado antes de que las acciones hable más fuerte que las palabras. Si realmente desean cumplir su papel como representantes del pueblo, es hora de que se adhieran a los valores que prometen defender y demuestren una comprensión auténtica de lo que significa actuar en beneficio de todos.

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