Entre lazos, caballos, becerros, toros y carreras así se vive la fiesta charra en Jalisco, quienes poco a poco comienzan a “desempolvar” sus equipos debido al alto que ocasionó la pandemia de Covid-19.
Así uno a uno los charros con sus ropa de gala, sus sombreros amplios, muestran poco a poco cómo se han mantenido en la práctica de las 10 suertes que realizan en cada torneo y en esta ocasión en el marco del 480 aniversario de la fundación de Guadalajara muestran sus mejores habilidades con las cuerdas y sus caballos.
Así la emoción se vive en el Lienzo Charro de Guadalajara en donde diversos equipos del país se dieron cita para dar una muestra de lo que saben hacer con la cuerda al lazar a las vaquillas o a los toros, vivir al borde de la emoción y con el riesgo de hasta perder un dedo en alguna de las lazadas a los potrillos que salen desbocados desde el callejón.
A esta suerte se le conoce como la “suerte de los dedos mochos” y es que un pequeño descuido al enredar a máxima velocidad en la cabeza de silla puede ser motivo por el que se pierda un dedo debido a que el caballo lazado por las patas sigue corriendo y jalando la cuerda a tal grado que saca humo de la fricción que se genera y a esta parte se le llama “el aroma de la charrería”.
Pero una tarde entre amigos, conocidos y hasta contrincantes no termina de inmediato pueden pasar horas para ver las 10 suertes de la charrería, entre ellas el “Jineteo del toro”, en donde montan un toro durante varios segundos y algunos logran domarlo, otra de ellas es el “Coladero” que consiste en perseguir una vaquilla y jalarla de la cola hasta derrumbarla montados en el caballo.
Pero, la reina de todas las suertes es sin duda la “Terna del Ruedo”, la cual es una combinación del jineteo del toro, lazada de cabeza del toro y lazada de patas, en donde participan varios integrantes del equipo competidor y buscan hacerlo lo mejor posible y ésta se realiza en el centro del lienzo para que todos los asistente disfruten de las habilidades de los charros, que cada vez son más jóvenes.
Pero, Francisco Javier Sánchez Sánchez, integrante de la directiva de la Asociación de Charros de Jalisco mencionó que comienza a reponerse de los efectos que nos generó la pandemia, nos ha lastimado a todos y nos ha afectado en el ámbito personal, lo deportivo, social, cultural y político, tenemos dos años pasivos y aguantando, duramos dos años sin charrear”.
En algunos deportes la falta de actividad provoca lo que coloquialmente se llama “oxidar” pero en la charrería se le dice “la soga es celosa, tienes que estarla trabajando, pero debemos retomarlo poco a poco porque es un deporte de alto rendimiento”.
Ante esto no les queda más que actualizarse, renovar cuadros y hacer la transición generacional con “muchos jóvenes que traen ganas de sobresalir” y eso les genera un poco más de complicaciones a los mayores porque deben trabajar más duro. Sin embargo, la charrería de Jalisco buscará de conseguir el Campeonato Nacional y esperan que las cosas mejoren una vez superada la pandemia.