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EL VIRAJE A LA IZQUIERDA EN LATINOAMERICA

Segunda parte

Para la política de América Latina, el 2022 será un año clave porque podría marcar el viraje definitivo de la región hacia la izquierda a la manera de la marea que se extendió por la mayoría de países latinoamericanos  con la llegada de Hugo Chávez al poder en Venezuela en 1998.

Como ya lo mencionaba en la primera entrega, está tendencia parece ya marcada, pues entre 2019 y 2020 en 11 de las 12 elecciones presidenciales que se han celebrado en la región, los latinoamericanos han votado por cambiar al partido o al gobernante de turno. En la mayoría de los casos, optando por un opositor de izquierda.

Por ese motivo, este año será determinante para saber si estamos o no ante un nuevo viraje continental hacia la izquierda, y en eso jugarán un papel clave los tres procesos electorales que tendrán lugar durante el 2022 en Costa Rica, Colombia y Brasil.

Estos dos últimos países, Colombia y Brasil, son de especial interés, no solamente por ser de los más grandes, sino porque en uno la victoria de la izquierda sería un hito histórico hasta ahora inédito y en el otro marcaría el regreso de quien posiblemente fue el líder de la pasada “marea rosa” latinoamericana, José Ignacio Lula da Silva.

Colombia: un resultado para la historia

Las elecciones en Colombia plantean un panorama mucho más interesante, con todas las encuestas señalando como favorito a Gustavo Petro, un izquierdista consumado, acérrimo opositor del actual gobierno.

Petro es un personaje complejo de la política Colombiana. Empezó su carrera militando en las filas de la entonces guerrilla M-19, como líder de las organizaciones sociales de base que servían como plataforma política de la insurgencia. Tras la desmovilización de esta guerrilla y su crucial participación en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, Petro pasó a ser un actor recurrente en la política nacional.

Fue representante a la Cámara, Senador, Alcalde Mayor de Bogotá (segundo cargo ejecutivo del país), y candidato presidencial en 2010 y 2018. En las pasadas presidenciales superó los 8 millones de votos, una cifra histórica para cualquier candidato de izquierda en Colombia, pero perdió con el actual presidente Iván Duque, miembro del partido Centro Democrático, el cual lidera el expresidente Álvaro Uribe Vélez, uno de los más grandes enemigos políticos de Petro.

El liderazgo de Petro en las encuestas responde a varios factores que parten de su fortalecimiento desde las pasadas elecciones, pero también se alimentan del creciente descontento con el presidente Duque, cuya gestión sólo es apoyada por el 22% de los colombianos según la encuesta Invamer publicada el 6 de enero, uno de los índices de respaldo históricamente más bajos.

A Duque le ha pasado factura sus decisiones durante la pandemia, y de acuerdo al politólogo Ángel Tuirán la “inexperiencia y varios desaciertos políticos” le han impedido construir unos acuerdos mínimos, incluso en su mismo partido, que le permitan gobernar con tranquilidad.

“Cabe destacar su decisión de presentar una reforma tributaria en medio de la pandemia que aumentaba los impuestos, lo cual detonó en las manifestaciones del Paro Nacional”, resalta Tuirán.

Estas protestas empezaron el 28 de abril del 2021 y se extendieron por casi todo el año, aunque fueron mermando en su intensidad.

Una eventual victoria de la izquierda en Colombia marcaría un punto de inflexión importante en la región, pues sería la primera vez en la historia que alguien con esta ideología gane la presidencia del país. Recuerda Tuirán que durante la “marea rosa latinoamericana” en Colombia no dejó de gobernar la derecha, representada por Uribe, el presidente con mayor popularidad en la historia política colombiana.

“Y si no es él (Petro), otra cosa novedosa, sería la llegada de un centrista, una tercería”, dice el politólogo.

Se refiere a que según las encuestas quienes pasarían a una eventual segunda vuelta serían Petro y Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, que quedó de tercero en las presidenciales de 2018 y lidera la intención de voto dentro de su coalición de centro, la “Coalición de la Esperanza”, donde destacan otras figuras políticas que si bien han hecho parte del establecimiento en algún momento de sus carreras hoy se enmarcan en una oposición que representa, no obstante, una opción moderada frente al izquierdista Petro.

“Aunque el centro es mucho más cercano al establecimiento, de ganar habría un actor que logra llegar a la presidencia no tan cercano a las elites tradicionales. En el caso de concretarse alguna de las dos serían factores diferenciales”, explica Tuirán.

La primera vuelta presidencial en Colombia se llevará a cabo el 29 de mayo, y muy probablemente la carrera a la presidencia se definirá en una segunda vuelta programada para el 19 de junio. Pero mucho se decidirá en las elecciones parlamentarias del 13 de marzo, donde se escogerán no solo a los miembros del próximo Congreso de la República, sino que se votarán por las consultas de las coaliciones presidenciales y se elegirá qué candidatos representarán a cada corriente política.

Este año más que nunca los colombianos tendrán tres citas con la historia cuando acudan a las urnas a votar.

Brasil: el regreso de un viejo conocido

Brasil cerrará el año electoral celebrando sus elecciones presidenciales el próximo 2 de octubre, en unos comicios que podrían marcar el regreso de uno de los líderes de izquierda más importantes e icónicos de toda Latinoamérica, Luis Ignacio Lula da Silva.

Lula fue presidente de Brasil entre el 2003 y el 2010, consolidando uno de los gobiernos democráticos más duraderos y celebrados de Brasil, que marcó el pulso de la política del país y en muchos sentidos de la región.

Tras la salida del poder de Lula, su sucesora Dilma Rousseff, se hizo con la presidencia. Pero pese a contar con su respaldo, nunca gozó de la misma aceptación que el carismático líder de izquierda, yterminó su mandato en medio de una fuerte polémica que la llevó a enfrentar un juicio político y una destitución.

Lula no fue ajeno al escándalo, pues quedó implicado en medio del caso Lava Jato, una operación de desvío de dineros públicos que implicó a la multinacional Petrobras y a importantes figuras de la política del Brasil como su expresidente.

Por este caso, el 12 de julio de 2017 Lula fue condenado en primera instancia a nueve años y seis meses de prisión, siendo la primera vez en la historia de este país en que un presidente era condenado por corrupción pasiva.

Durante las elecciones presidenciales pasadas Lula estuvo en la cárcel, en la que pasó 580 días recluido, y aunque respaldó a un candidato, Fernando Haddad, este perdió contra el derechista Jair Bolsonaro, ferviente opositor de Lula y sus políticas.

Para estas elecciones de octubre, Bolsonaro buscará su reelección, pero muy probablemente deberá enfrentar a Lula, a quien no solo le anularon todos los procesos en su contra tras una victoria de su defensa en la Corte Suprema del país, sino que está liderando con un 44% la intención de voto en las encuestas.

Esas mismas encuestas muestran a Bolsonaro con un 54% de desaprobación y un 24% de intención de voto. El camino es largo, pero la foto de hoy favorece el regreso de la izquierda en el gigante suramericano.

“En el caso de Brasil también juega mucho la gestión de la pandemia y las posiciones de Bolsonaro frente a esta”, dice Tuirán, resaltando que varias decisiones judiciales han tenido que obligar al presidente a tomar medidas claves para el control de los contagios.

Lula no solo es un actor importante de la izquierda internacional, sino que su figura sigue teniendo un gran poder en la política de Brasil, por lo que su posible victoria significaría un regreso de lo que fue la mejor versión de la izquierda en el poder latinoamericano.

Opinón.salcosga@hotmail.com

@salvadorcosio1