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FRAUDE EN MERIDIANO DE NAYARIT

Desde el fallecimiento de mi padre, el Dr. José Luis David Alfaro, he tenido que sortear diversos retos y adversidades que han surgido en mi camino, ya que como es conocido por todos, desde el aniversario número 80 de este medio de comunicación fui nombrada coordinadora general ejecutiva de la empresa.

Aunado a las dificultades que un medio local en Nayarit suele tener normalmente, y a los problemas que representa la prensa escrita en la llamada era digital, me encontré envuelta en una encrucijada llena de intereses de personas externas a este diario, que han puesto en riesgo todo lo que alguna vez mi padre fundó, construyó y convirtió en su legado para el pueblo de Nayarit.

Estas personas, luminarias de la televisión local conocidas bajo los nombres de Antonio ‘N’ y Jorge ‘N’ irrumpieron en nuestro editorial con el cobijo del Gobierno del Estado anterior quien amagó con cortarnos el recurso público de no aceptar las condiciones de lo que llamaron una “tercera época”.

Con la sonrisa en el rostro ambos personajes conocieron nuestras instalaciones y a nuestro personal, que tras mi decisión, decidió abrazarlos y darles la oportunidad de llevar acabo los planes que prometían revolucionar nuestro medio de comunicación.

Sin embargo, la realidad fue otra, y poco a poco revelamos las que eran sus verdaderas intenciones, esto luego de buscar consejería jurídica y darnos cuenta que estábamos siendo víctimas de un posible fraude.

Prueba de ello es que sin escrúpulos y valiéndose del duelo que mi familia y yo aún vivíamos tras la partida de mi padre nos engañaron para hacernos firmar documentos que resultaron perjudiciales para nosotros.

Tanto mis hermanos, como mi madre la señora Mari de Alfaro, fuimos víctimas de las artimañas de estos dos sujetos que buscaron apoderarse con la mayor parte de nuestra empresa, esto con el apoyo de la Notaría 1 y 25.

Por si fuera poco, logramos identificar que se emitieron dos pagos a nombre de mi padre José Luis David Alfaro, en ese entonces ya fallecido, y cuyo destino del recurso desconocemos hasta el momento.

No obstante, ellos al darse cuenta de que todo lo que habían realizado carecía de sustento legal mantuvieron una embestida en nuestra contra, creando actas apócrifas de nuestra sociedad y bloqueando el recurso público que por derecho nos correspondía durante el último mes de la pasada administración.

Para nadie es ajeno que dicho recurso fue manejado por el director de Comunicación Social en la administración pasada, sin embargo pareciera que ellos eran quienes controlaban la distribución a su conveniencia; en este caso para el perjuicio de nuestra empresa, lo cual puso en riesgo los pagos hacia los trabajadores.

A esto debemos agregar el hecho de que en ocasiones me sentí violentada por el señor Antonio ‘N’, que en repetidas veces me intimidó durante las reuniones para cambiar nuestra línea editorial, ya que supuestamente él representaba los intereses de los otros dos socios, sin hasta ese entonces tener un aval legal ante la sociedad.

Lo anterior con el fin de realizar diversas publicaciones de noticias, reportajes y columnas en contra del exgobernador Roberto Sandoval, entorpeciendo nuestro trabajo editorial y socavando mi posición como directora general.

Hasta el día de hoy, ambos personajes mencionados continúan con sus acciones carentes de escrúpulos, con las cuales buscaban despojarme de mi representación legal de la empresa, utilizando mecanismos para el bloqueo de cuentas bancarias de nuestra sociedad.

Finalmente, quiero dejar en claro que no desistiré ante estos dos sujetos que a pesar de haber crecido como profesionales en esta casa editorial pretenden arrebatarnos el legado por el cual mi padre, el Dr. José Luis David Alfaro gastó sudor, sangre e incluso su salud por mantener a flote la tradición del periodismo impreso en Nayarit.

Por lo cual ya hemos presentado una denuncia formal en contra de Antonio ‘N’ y Jorge ‘N’, más los que resulten responsables ante la Fiscalía General de Nayarit, a quien pedimos actúe con imparcialidad, sin ceder al influyentismo que supuestamente ostentan los mencionados.