Tal como ocurrió con las alertas que anunciaban la inminente llegada del coronavirus a México a principios de 2020 y no fueron tomadas en cuenta por la administración que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, ahora mismo se repite la historia con la nueva cepa del virus denominada ómicron, recién descubierto en Sudáfrica y que amenaza con propagarse rápidamente. Debido a ello, desde el viernes pasado, países de la Unión Europea, Japón y Estados Unidos, entre otros, se dieron prisa en anunciar el cierre de sus fronteras a los vuelos de aquel país y tomaban previsiones sobre la fuerte capacidad de mutación de la nueva cepa. La Organización Mundial de la Salud por su parte, convocó a una reunión de emergencia a sus expertos para analizar los riesgos, mientras las bolsas de todo el mundo resentían una caída en sus acciones en un “viernes negro” que literalmente sacudió a los mercados. En tanto, el presidente López Obrador llamaba a sus simpatizantes y seguidores a asistir masivamente al Zócalo de la Ciudad de México este miércoles 1 de diciembre, para celebrar su tercer año de gobierno.
En el Viejo Continente al menos 10 países ya confirmaron casos de ómicron, al igual que en Australia, y Canadá, y se mantienen encendidas las alertas en todo Europa donde se preparaban para la llegada de esta nueva cepa que vendría a acentuar y a aumentar la gravedad de la pandemia en ese continente calificado como el nuevo epicentro mundial.
Pero AMLO, todavía la mañana de este lunes declaraba que aún no existe información suficiente sobre la nueva variante.
“Se va a actuar, como siempre, con mucha responsabilidad. No tenemos ese pronóstico, pensamos que nosotros hemos avanzado mucho en la vacunación, vamos a intensificar todo el programa”.
Y añadió: “Decirle a todos los mexicanos que estamos llevando a cabo un seguimiento, no hay elementos para preocuparnos, no hay motivos de riesgo, de acuerdo a los reportes que me han entregado los especialistas, sí hay mucha información en los medios, pero no debemos espantarnos, hay bastante incertidumbre, información no confirmada, no hay información sólida, si esta variante es más peligrosa que las otras variantes, no existe eso, nada más que se detectó en sudáfrica”, enfatizó el mandatario.
Síntomas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este lunes que los riesgos globales planteados por la nueva variante del coronavirus son “muy altos”. Aunque el mundo y los científicos aún investigan esta mutación, ya se conocen algunos síntomas de la variante ómicron reportados por expertos en Sudáfrica que han tratado a la mayoría de los pacientes.
Angelique Coetzee, una médica sudafricana, que ha tratado a una treintena de pacientes con Covid-19 infectados por la nueva variante Ómicron, afirma que solamente presentan “síntomas leves” y que −por ahora− están pasando su convalecencia sin necesidad de hospitalización.
Durante los últimos diez días, Angelique Coetzee, quien además es la presidenta de la Asociación Médica Sudafricana, ha recibido a pacientes con pruebas por Covid-19 positivas, pero con síntomas poco habituales.
Angelique Coetzee le dijo a BBC News que había notado por primera vez los síntomas en un paciente joven de alrededor de 30 años.
Estaba “extremadamente cansado“, además de tener “dolores corporales y dolor de cabeza”, “picazón” en lugar de dolor de garganta y sin tos, ni pérdida del gusto o del olfato, dijo. Además, la fiebre era baja.
Coetzee señala que la mayoría de los pacientes a quienes ha tratado son hombres menores de 40 años, la mitad estaba vacunado.
El 18 de noviembre, Coetzee alertó a las autoridades sanitarias respecto a este “cuadro clínico que no coincide con el de la variante Delta“, hasta ahora la variante predominante en Sudáfrica. La doctora no fue tomada por sorpresa puesto que este cuadro ya estaba siendo estudiado.
Días después, el 25 de noviembre, investigadores sudafricanos anunciaron que habían identificado la variante B.1.1.529, denominada al día siguiente Ómicron por la OMS, que tiene múltiples mutaciones y –probablemente– sea muy contagiosa.
Los médicos sudafricanos están viendo un aumento en las reinfecciones en personas que ya tuvieron un ataque de Covid-19, lo que sugiere que la variante puede superar la inmunidad natural, dijo el Dr. Richard Lessells, médico de enfermedades infecciosas de la Universidad de KwaZulu-Natal.
De hecho, Ómicron ya representa la mayoría de los 2,300 nuevos casos diarios en la provincia de Gauteng, Sudáfrica, anunció el domingo el presidente Cyril Ramaphosa.
A nivel nacional, las nuevas infecciones se han más que triplicado en la última semana y la positividad de las pruebas ha aumentado del 2% al 9%.
Los síntomas de la variante Ómicron, según los casos documentados en Sudáfrica:
Cansancio, Dolor corporal, Dolor de cabeza, Sin pérdida del gusto ni del olfato, Sin tos o tos ligera.
¿Funcionarán las vacunas contra Ómicron?
Ómicron tiene alrededor de 50 mutaciones, incluidas más de 30 en el pico, una proteína viral en su superficie que las vacunas entrenan al cuerpo para reconocer y atacar.
Los primeros descubrimientos apuntan a que la variante puede ser más transmisible y capaz de evadir las respuestas inmunitarias del cuerpo, tanto a la vacunación como a la infección natural, que las versiones anteriores del virus, según algunos expertos.(TEC Review).
La Doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, jefa del Laboratorio de Genética Molecular en la Facultad de Odontología de la UNAM, doctora en Ciencias Médicas por la Universidad de Harvard, y quien es autora del libro “Un daño irreparable: La criminal gestión de la pandemia en México”, escribió hace un par de días en su cuenta de Twitter, sus comentarios respecto a la nueva variante. De entre una muy completa información, me permití compartir algunas de sus anotaciones:
“Todas las señales están aquí y lo digo con claridad: esta variante representa una amenaza grave, seria y real que podría cambiar y agravar el curso de la pandemia a partir de las próximas semanas y meses.
Los datos preliminares poblacionales de la propagación de Ómicron en Sudáfrica son muy alarmantes.
Lo que muchos países como Reino Unido, Brasil, México y otros, han hecho al dejar, criminalmente, que el virus se siga propagando sin control en sus comunidades es acumular leña seca en espera de una chispa que venga a acabar con todo.
Si Ómicron es esa chispa o no, no lo sabemos todavía, pero igual que Delta, no será la última ni la peor variante que veremos mientras no procuremos de forma permanente detener la transmisión de este virus.
Hoy, más que nunca es imperativo que nuestras autoridades finalmente hagan lo que no han tenido a bien hacer durante estos 2 años de pandemia: dejar de aparentar que hacen algo y en lugar, hacerlo.
Debemos vigilar la migración, fronteras, pedir pruebas, cuarentenas a viajeros entrantes, restringir el acceso a viajeros provenientes de países en dónde ya circula Ómicron, ampliar nuestra capacidad de pruebas, de vigilancia genómica del virus, (…) implementar programas efectivos de rastreo de contactos y de asilamiento de infectados, acelerar la vacunación, inmunizar adecuadamente a la población desde los 5 años, con 3as dosis para personal de salud, maestros, adultos mayores y grupos vulnerables, primero
(…) y después para el resto de la población de 18 años y más, informar correctamente a la población sobre medidas preventivas: cubrebocas, ventilación, distanciamiento, etc.”.
En tanto, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, señaló que hasta el momento no hay evidencia de que ómicron, sea más virulenta que las previas existentes. En un mensaje en su cuenta de Twitter, el funcionario de la Salud explicó:
“Ómicron es la más reciente variante de preocupación del SARS-CoV-2; algunos datos sugieren que tiene mayor transmisibilidad que las previas. No se ha demostrado que sea más virulenta ni que evada la respuesta inmune inducida por las vacunas.
Las restricciones de viajes o cierres de fronteras son medidas poco útiles; afectan la economía y el bienestar de los pueblos. La información difundida sobre los riesgos de la nueva variante es desproporcionada respecto a lo que muestra la evidencia científica existente”.
López-Gatell ha perdido toda credibilidad frente a la sociedad; siendo que desde hace mucho tiempo sus dichos ya se toman como irrelevantes. Lo preocupante es que el presidente López Obrador aún le sigue creyendo, y al igual que ante la llegada de la pandemia por COVID-19 a México, -donde se han registrado alrededor de 600 mil muertes por coronavirus-, se vuelven a desestimar los riesgos.
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