Luego de que la periodista Lourdes Mendoza sorprendiera la noche del sábado al ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) Emilio Lozoya Austin en pleno festín degustando el Pekín ducks de un lujoso restaurante en Las Lomas de la Ciudad de México, siendo que días antes había argumentado encontrarse en arraigo domiciliario para evitar comparecer para responder una demanda en su contra por daño moral interpuesta por la misma periodista en comento, a quien acusó de haber recibido sobornos en el contexto del caso Odebrecht, parece ser que este delincuente e “inmoral” ex funcionario, habría pecado de imprudente al mostrarse en un lugar público con tanta desfachatez y quizá ahora sí tenga que pisar la cárcel que ya parecía haber librado.
Emilio Lozoya, enfrenta un proceso judicial por delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, cohecho y asociación delictuosa en el marco del llamado “Caso Odebrecht”, pero un acuerdo con la Fiscalía General de la República (FGR) lo mantiene en libertad, bajo el amparo de la figura de “testigo protegido”. De hecho, hay que recordar que gracias a ese convenio, ni siquiera tuvo que pasar una noche tras las rejas luego de ser extraditado en julio del año pasado procedente de España donde fue localizado por la Interpol.
Lozoya Austin, sin pruebas, solo su dicho, ha involucrado a más de 17 personas en el caso que es acusado de recibir más de 10 millones de dólares en sobornos, cantidad que dijo haber repartido entre los personajes que ahora señala como receptores de diversas cantidades para aprobar la Reforma Eléctrica del expresidente Enrique Peña Nieto, y que a la postre favorecería con contratos a Odebrecht, la empresa brasileña que ha propiciado el mayor escándalo de corrupción en América Latina.
Cuestionado al respecto en la conferencia mañanera del pasado lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que fue inmoral, provocadora y una imprudencia la presencia de Emilio Lozoya Austin en un restaurante de lujo en la Ciudad de México durante el fin de semana.
“Es legal, pero es inmoral que se den estas cosas, es una imprudencia por decir lo menos, un acto de provocación porque este señor fue director de Pemex y está como testigo protegido, una gente que recibe un trato especial porque decidió dar a conocer toda la corrupción que se produjo en el sexenio anterior incluso desde Calderón”, dijo.
Reporteros preguntaron al presidente por el fiscal, Alejandro Gertz, señalado desde hace meses por la lentitud con que avanza la investigación del caso Odebrecht, y AMLO una vez más le dio un voto de confianza al señalar: “Yo tengo confianza en el fiscal y espero que se haga justicia como exige la ley. Tiene que haber justicia pronta, expedita. Yo espero que la FGR informe cómo va el juicio y también que se analice la importancia que tiene la transparencia”, expresó el mandatario.
Pasado mediodía, la propia FGR divulgó un comunicado, defendiendo su trabajo en el caso Odebrecht.
Emilio ‘L’ sigue siendo procesado y los tiempos que se le han dado para aportar las pruebas terminan en fecha 3 de noviembre, según el acuerdo del Juez de Control del Reclusorio Norte, que lleva el caso», detalló la FGR.
Recordó que, tras ser extraditado desde España el año pasado, el exdirector de Pemex «solicitó el criterio de oportunidad», figura jurídica que le permitió acceder a beneficios procesales a cambio de colaborar con la justicia.
El Ministerio Público relató que Lozoya denunció el 11 de agosto del año pasado a sus «socios y encubridores», y aportó «diversas pruebas que se han ido desahogando; lo que permitió judicializar a un primer grupo de legisladores que recibieron sobornos millonarios para votar en favor de las pretensiones de Odebrecht».
Y es que Lozoya, excolaborador del expresidente Enrique Peña Nieto, es acusado de recibir 10.5 millones de dólares en sobornos de la constructora brasileña a cambio de contratos; ante esas acusaciones, cerró un acuerdo con la Fiscalía y denunció que el exmandatario Peña Nieto y el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, le ordenaron a usar los sobornos de Odebrecht para comprar el voto de legisladores opositores a favor de la reforma energética que abrió el sector a la inversión privada.
Por su parte, el Instituto Nacional de Migración (INM) informó que mantiene en las listas de control migratoria, conocida como alerta migratoria, a Emilio Lozoya.
«Lo anterior, con el propósito de verificar y registrar los movimientos de la persona mencionada en los puntos destinados al tránsito internacional de personas, ya sea aéreos, marítimos o terrestres, así como informar de los mismos a las autoridades internacionales», señaló el INM.
En toda la polémica que desató este fin de semana la difusión de las fotografías de Lozoya en el restaurante, tomadas por Lourdes Mendoza, se colocó también bajo el escrutinio: el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, quien ha sido cuestionado de que Lozoya solo porte un brazalete, que supuestamente cada 15 días se presente ante un juez a firmar, y que no tenga permitido salir de la Ciudad de México; condiciones que parecen laxas, siendo que muchas otras personas por delitos menos graves enseguida son puestas tras las rejas.
Precisamente sobre eso escribió este martes el periodista Salvador García Soto en su columna del diario mexicano El Universal.
El columnista se remonta al momento en el que Lozoya Austin fue detenido en España y enviado en julio de 2020 a México. Y recuerda que no se ha explicado realmente en ninguna parte en qué consistió el acuerdo por el que el exfuncionario aceptó ser extraditado, mismo que señala fue firmado por Emilio Lozoya Austin, su padre Emilio Lozoya Thalmann y abogados españoles que les representaban en el país ibérico.
El periodista afirma que por tal acuerdo la familia de Lozoya pagó 5 millones de dólares y “fue negociado por Gertz Manero con los abogados del despacho Ilocad SL, (International Legal Office for Cooperation and Development) propiedad del afamado juez español, Baltasar Garzón”, asegura.
“El contenido de ese ‘acuerdo’, que nunca se ha hecho público, podría explicar muy bien el trato privilegiado que la FGR aceptó darle en todo momento a Lozoya Austin. Según fuentes cercanas a aquella negociación en España, el acuerdo incluía la promesa del fiscal Gertz de que Emilio ‘nunca sería fichado ni mostrado a la prensa o expuesto en su imagen personal’, además de no fincarle ni imputarle nuevos delitos más que los contenidos en la solicitud original de extradición”, sostiene Salvador García Soto.
Asimismo, el columnista explica que desde ese momento se establecieron las bases y el compromiso de la FGR para que todo fuera fácil para Lozoya, léase el otorgamiento del criterio de oportunidad, la figura de testigo protegido y el no ser sujeto de cárcel o arraigo domiciliario.
“Para lograr un trato de príncipe, el presunto delincuente y exdirector de Pemex, contó con una ‘coincidencia’ que le abrió las puertas de la confianza de Gertz Manero”, advierte García Soto, “la relación con la fiscal general de España, Dolores Delgado García, quien fue parte de la vía que facilitó el ‘acuerdo de extradición’ entre la FGR y Lozoya”, quien “sin menoscabo de su brillante carrera judicial, es pareja sentimental del juez Baltasar Garzón, sí el mismo dueño del despacho que negoció la extradición”.
En los subsecuentes días, se sabrá qué tan fidedignas son las fuentes citadas por Soto, porque más allá de este acuerdo con los españoles, la indignación colectiva que generó entre los mexicanos la imagen de Loyoza cenando con total libertad y a todo lujo podría derivar en un vuelco a su situación contractual y quizá los acuerdos se vengan abajo. Ya lo veremos.
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