México es un país de gran riqueza lingüística: en su territorio existen 68 lenguas indígenas pertenecientes a 11 grupos lingüísticos. De ellos se derivan más de 360 variantes lingüísticas, de acuerdo al Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (INALI). Sin embargo, preocupa lo que en el país está pasando con ellas, ante una disminución en sus hablantes del 65% a 6.5% en tan solo 200 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (Inegi).
Aunada a esta reducción de los últimos dos siglos, Inegi también registró una disminución del millón 725 mil hablantes de náhuatl de México en 2015, a un millón 651 mil en 2020. Pese a estos decrementos, la presencia de lenguas indígenas continúa siendo notable: Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Yucatán y Guerrero son los estados con mayor presencia de hablantes de lenguas indígenas. Además, tan sólo en los primeros cuatro se concentran poco más del 50 por ciento de los hablantes de alguna de estas lenguas, según la Secretaría de Cultura.
Respecto al motivo de la disminución en la cantidad de hablantes de lenguas indígenas, algunos activistas señalan a las brechas sociales y de clase que afectan en particular a las poblaciones indígenas. Voces como la de la lingüista, escritora y activista Yásnaya Elena A. Gil, señalan críticamente el papel del Estado en la desaparición de las lenguas indígenas. “El Estado es el principal violador de derechos lingüísticos en la actualidad. Es como pedirle ayuda a quien te está ahorcando“, menciona la activista en un tweet sobre la complejidad de pedir ayuda al Estado para revitalizar las lenguas indígenas.
Ante la situación actual de las lenguas indígenas, algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) llevan a cabo proyectos para ayudar a preservar esta riqueza lingüística. La ONG Ayuda en Acción, por ejemplo, trabaja en Chiapas desde 1999 para garantizar la educación bilingüe en el estado, para acceder a esta tanto en español como en tzeltal. También han trabajado para ayudar a jóvenes, en Nealtican, Puebla, a producir programas de radio en Internet para difundir el náhuatl en sus comunidades.
El Gobierno Federal, por otro lado, a través del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), anunció la intención de crear la Universidad de las Lenguas Indígenas de México. La creación de esta universidad se plantea para la Ciudad de México, con participación de las comunidades indígenas de la alcaldía Milpa Alta. En un comunicado del 12 de marzo, el INPI dio a conocer la integración del grupo de trabajo “Diálogo y consulta con las comunidades nahuas de Milpa Alta”. Mediante esto, planean consultar a las comunidades indígenas antes de realizar cualquier medida administrativa en sus territorios, conforme marca la ley.
También empresas como la Agencia de traducción Tekamolo trabajan para dar empleo a hablantes de lenguas indígenas. Según un comunicado de prensa enviado a NotiPress, la agencia se encuentra en búsqueda de traductores de las distintas lenguas indígenas del país. Esto con la finalidad de becar a cinco de ellos con cursos de capacitación para traducir de su lengua materna al español e inglés. Posteriormente, menciona, darán facilidad para integrar a los becarios a su plataforma, donde podrán ofrecer sus servicios de traducción.
Luchar para la preservación de las lenguas indígenas y la riqueza lingüística de México no es sólo una cuestión de importancia cultural, sino de los derechos humanos de las comunidades indígenas. Conocer, además, qué está pasando con estas lenguas en el país genera conciencia sobre la realidad social de estas comunidades y abre la puerta para apoyarles en la defensa de sus derechos lingüísticos.