El Senado de Estados Unidos dio inicio el 9 de febrero al juicio político contra el expresidente Donald Trump imputado por el cargo de “incitación a la insurrección”. Esta acusación surge por su rol en el ataque al Capitolio del pasado 6 de enero, donde sus simpatizantes irrumpieron en el recinto para evitar la ratificación de la victoria del presidente Joe Biden.
Durante el enfrentamiento, Donald Trump justificó los actos de sus simpatizantes a través de su cuenta de Twitter -ahora suspendida-, alegando que era respuesta a un fraude electoral. “Esto son cosas y eventos que pasan cuando una victoria electoral arrolladora es arrebatada de manera tan abrupta y viciada a los grandes patriotas que han sido tratados tan injustamente y mal durante tanto tiempo. Vayan a casa y en paz ¡Recuerden este día para siempre!”, describía el tweet que horas después fue eliminado.
En este sentido, el proceso de juicio político por incitación a la insurrección fue abierto en la Cámara de Representantes a pocos días de que acabara su mandato presidencial. El expresidente Trump no reconoció su derrota en las urnas y afirmó ser víctima de fraude, sin ofrecer ninguna prueba. Tras el ataque al Capitolio cinco personas murieron y decenas resultaron heridas.
Como primer paso para el proceso de juicio político se espera que el Senado apruebe en votación las reglas de tal proceso. Estas son consensuadas entre los líderes de los demócratas y republicanos, así como de la Cámara Alta, según informó la cadena CNN. Cabe recordar, este impeachment es el cuarto en toda la historia de Estados Unidos, y el segundo en contra del expresidente Donald Trump. Asimismo, se trata del primer juicio político iniciado contra un mandatario tras dejar el poder.
Según Chuck Schumer, líder de la mayoría demócrata en el Senado, el acuerdo de la estructura y cronograma que seguirá el impeachment fue una decisión consensuada entre ambos bandos, y con los abogados de Donald Trump, logrando una “solución bipartidista”. Bajo esta línea, Mitch McConnell, líder republicano en la Cámara Alta, afirmó mostrarse complacido por llegar a este acuerdo con la contraparte demócrata.
Así, tanto la acusación como la defensa cuentan con 16 horas durante dos días para presentar su caso. El cronograma permitirá que el juicio termine la próxima semana, si es que ambas partes acuerdan no llamar a testigos, según recoge el diario especializado en periodismo político The Hill. El miércoles 10 de febrero comenzarán los argumentos de apertura, luego de votar el 9 de febrero por la constitucionalidad del juicio político.
Tras la presentación de los argumentos de ambas partes, el Senado tendrá cuatro horas para preguntar a la defensa y a la acusación. Asimismo, ambas partes tendrán dos horas para presentar los argumentos finales. Schumer señaló, después de este proceso votarán el artículo del impeachment, si Trump es condenado se votará si está capacitado para ser candidato a “cualquier cargo de honor, confianza o beneficio en Estados Unidos”.
Ante este panorama, la apuesta de los demócratas y algunos republicanos es evitar que el expresidente Donald Trump pueda postularse para cualquier cargo político en Estados Unidos. Diversos expertos en la Constitución estadounidense opinan, el proceso de juicio político es legítimo, incluso si no resulta en la destitución de Trump, pues evalúa hechos de cuando él todavía era presidente.