De acuerdo con un comunicado dado a conocer el 6 de octubre de 2020, el director regional en Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Hans Henri Kluge, alertó sobre los crecientes niveles de fatiga entre la población del continente. Ello derivado del clima de “incertidumbre y disrupción” que trajo la pandemia de Covid-19 y los “costos extraordinarios” que ha conllevado y aún conlleva en términos económicos, sociales y de salud. En palabras del funcionario, “pese a que los niveles de fatiga se miden de formas distintas y varía por cada país, actualmente se estimo que algunos casos están por encima del 60%”
Estos datos derivan de una serie de encuestas levantadas a lo largo de toda la región europea y, según el comunicado, los resultados representan una situación de “apatía y desmotivación” natural ante una emergencia del tamaño de la pandemia de Covid-19, misma que se ha cobrado 240 mil vidas en Europa desde el mes de febrero. La encuesta levantó datos sobre percepción de riesgos, conductas de prevención y adherencia a las políticas de protección emitidas en cada país de residencia. Con esta situación en cuenta, la OMS detalló algunas estrategias para combatir este ambiente de desánimo.
La primera estrategia, relacionada con los esfuerzos que dieron forma al diagnóstico general de la OMS, consiste en “tomar el pulso” de cada comunidad, es decir, prestar atención a las necesidades particulares de individuos o sectores específicos de la sociedad. Ello permitirá abordar culturas y contextos diferentes de forma matizada y diseñar políticas de prevención y protección sanitarias más efectivas.
En segundo lugar, resulta esencial para la OMS que las autoridades trabajen en conjunto con las comunidades, de forma que puedan reconocerse de primera mano las dificultades de las mismas para hacer frente a la nueva realidad económica y cumplir con las medidas de protección. En última instancia, como tercer paso de la estrategia, la OMS insta a generar nuevas e innovadoras maneras de saciar la necesidad de convivencia social de forma segura, especialmente ante la cercanía de la temporada de invierno, marcada tanto por celebraciones tradicionales como por la amenaza de un segundo brote de contagios.
Kluge enfatiza la necesidad de restaurar el “placer social” sin descuidar la protección a las comunidades locales y celebra iniciativas como las salas de cine “flotantes” y la celebración de eventos culturales y artísticos en nuevos formatos. Un ejemplo concreto fueron las celebraciones del Ramadán en Europa, durante las cuales las comunidades musulmanas encontraron formas de compartir comida y celebrar de forma segura y remota los periodos de fin de ayuno.
Estas estrategias, planteadas por expertos de la OMS, tienen el objetivo de atender la situación de intensa fatiga en Europa derivada del clima de incertidumbre y angustia que acarreó la pandemia de Covid-19: “Al balancear la ciencia con las necesidades sociales y políticas podemos desarrollar medidas cautelares que sean culturalmente aceptadas. Cada sector y cada ciudadano tiene un rol que jugar conforme encontramos una forma de disfrutar las épocas importantes del año mientras protegemos a nuestras comunidades.” La organización, a su vez, convocó un foro expertos en salud de 30 países de Europa el 6 de octubre de 2020, con miras a impulsar acciones e informar a los gobiernos locales.