Diversas investigaciones concuerdan en que la Covid-19 es un virus zoonótico, es decir, tuvo origen en un animal y posteriormente se transmitió a los seres humanos. Aún no hay certeza del portador original ni de la ruta de transmisión, pero algunas de las posibles fuentes son el murciélago herradura y el pangolín, ambos de origen silvestre. Varios estudios sostienen que el tráfico legal e ilegal de especies silvestres pudo haber contribuido a la transmisión del nuevo virus y argumentan cómo la detención del tráfico podría prevenir futuras pandemias.
Según un nuevo estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las interacciones entre animales y humanos, cada vez más frecuentes, “incrementan la probabilidad de transmisión de patógenos entre ambas especies, y la vida silvestre conseguida de manera ilegal está al margen de cualquier control sanitario y expone a los humanos a la transmisión de nuevos virus”. Las enfermedades zoonóticas representan el 75% de las enfermedades emergentes e incluyen al SARS-CoV 2 que causó la pandemia, aseguró el reporte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) envió el fin de semana del 11 de julio de 2020 una pequeña delegación de dos investigadores, un especialista en salud animal y un epidemiólogo, para intentar aclarar algunas dudas sobre el posible origen y vía de transmisión del nuevo coronavirus. La misión fue realizada después de centenares de solicitudes internacionales donde se pedía indagar a mayor profundidad las condiciones que dieron a la pandemia.
Especialistas aseguran que la investigación debe centrarse en actividades relacionadas con el tráfico de fauna silvestre en China, tanto legal como ilegal, incluyendo zonas de caza, lugares de almacenamiento, granjas y mercados. “Todas las partes de la cadena deben ser investigadas”, comentó Alice Latinne, bióloga evolutiva de la Sociedad de Conservación y Vida Silvestre de Hanoi, Vietnam. “Debemos aplicar pruebas a cualquier especie animal de origen silvestre que pudiera haber tenido potencial contacto con los humanos”, explicó.
En investigaciones tempranas, los pangolines fueron unos de los sospechosos de ser intermediarios en la transmisión del Covid-19. A pesar que las cepas de coronavirus encontradas en los pangolines fueron muy diferentes al actual SARS-CoV-2 y se descartó el hecho de que pudiera ser su antecesor directo, el cómo y cuándo se infectaron los animales pueden ofrecer pistas en dónde se originó el SARS-CoV-2.
Un estudio publicado en bioRxiv el 19 de junio de 2020 sugiere que los pangolines probablemente adquirieron el virus en el proceso de ser traficados. La investigación analizó más de 300 pangolines en Malasia confiscados por las autoridades locales en ruta hacia China entre 2009 y 2019, en este grupo no se encontró presencia de coronavirus. La evidencia sugiere que los pangolines confiscados en China estuvieron expuestos a diferentes coronavirus al ser transportados a su destinación final y no en el hábitat natural.
De acuerdo con la ONU, los pangolines son los mamíferos salvajes más traficados del mundo. El problema del tráfico de animales es sumamente complejo y variado, ya que ninguna especie en el mundo representa más del 5% de las incautaciones, y tampoco hay algún país fuente de más del 9% de los envíos capturados. Hasta el momento se han identificado sospechosos de tráfico de vida silvestre provenientes de más de 150 nacionalidades diferentes, lo que evidencia la diversidad de agentes traficantes de animales.
Sin interferencia humana a través de la captura, venta, tráfico, comercio y consumo de animales silvestres, la evolución y transmisión del coronavirus que provocó la pandemia “habría sido altamente improbable”, concluyó el informe.