Con 62 mil 086 contagios, 849 muertos y poco más de 350 recuperados hasta el momento Estados Unidos se podría convertir en el próximo epicentro del COVID-19, según las estadísticas realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de los avances anunciados por el presidente Donald Trump, pero sobre todo de los esfuerzos de médicos y científicos en la nación, la enfermedad continuará avanzando, afirmó hoy Margaret Harris para CNN.
La representante de la organización, también aseguró que a pesar del crecimiento del número de contagios es posible detener el número de muertos en el país y “revertir la trayectoria”.
En la entrevista aseguró que la fórmula para lograr un buen avance es realizar pruebas a todas las personas que podrían tener la enfermedad, de esta manera se evitará la propagación.
En Estados Unidos ha aumentado el número de casos también de forma exponencial, aunque se ha logrado contener el número de muertes, a pesar de ser el tercero a nivel mundial con más casos, el número de muertes lo colocarían en el quinto lugar, después de Italia, España, China e Irán.
El país norteamericano enfrentó el primer caso de contagio el 21 de enero y, como en muchos otros lados, no se le dio la suficiente importancia.
Frente a esas cifras están las italianas que al día de hoy, y según la Universidad Johns Hopkins, tienen 74 mil 386 contagios y 7 mil 503 muertes, manteniéndose con eso, por debajo del número de muertes en China.
Según proyectó la OMS, Estados Unidos se perfila para convertirse en el nuevo epicentro de la enfermedad si continúa con los números ascendiendo, a pesar de que en un inicio el presidente Trump lo consideraba como una “simple gripe”.
La crisis sanitaria amenaza con volverse política pues, a pesar de los llamados de organismos internacionales como la ONU, Estados Unidos acusó hoy a China por, supuestamente, ocultar información respecto de la nueva cepa de Coronavirus.
Esto en el contexto de una reunión llevada a cabo entre los miembros del G7 y con cifras mundiales de enfermos que ascienden a 445 mil casos de contagio y 20 mil muertos.
Para los casos latinoamericanos la preocupación es doble pues, además de la cercanía con Estados Unidos, se suman sistemas de salud que no tienen la capacidad para enfrentar crisis como las de Italia.
Además, una gran parte de la población latinoamericana se dedica a actividades informales que requieren realizarse en exteriores por lo que las medidas de distanciamiento pueden significar problemas económicos para las naciones latinoamericanas.
Por si no fuera suficiente, algunos países como Cuba y Venezuela, llevan varios años, en el caso de la isla 51 años, enfrentando bloqueos económicos que les impiden actuar conforme a las necesidades sanitarias.
Un día antes de que Estados Unidos cuestionara a China sobre el manejo de la información respecto del COVID-19, la ONU, a través de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, llamaba a retirar o a disminuir las sanciones contra países como Venezuela, Cuba, Corea del Norte o Irán.
En el caso de este último país, los contagios de COVID-19 siguen aumentando y se sigue manteniendo como el país de Medio Oriente con más casos. Incluso, sus 27 mil contagios superan a Francia que tiene 25 mil y que está a punto de utilizar a los militares para manejar la crisis sanitaria.