“Érase una vez un gobierno faraónico en que sus monarcas se trasladaban en aviones de lujo (…) uno de ellos, por agraciar a otro, a su sucesor en el trono, decidió dejarle de regalo el mejor avión (un Boeing 787-8) que había en ese entonces (2012) en el mundo, que no lo tenía ni (Barack) Obama”, exclamó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) el 20 de enero pasado.
El actual gobernante del país continúa en el ánimo de deshacerse de la aeronave adquirida en el sexenio de uno de sus antecesores, Felipe Calderón, quien a finales de 2011 decidió gastar dos mil 952 millones de pesos para comprar el vehículo que podría dar servicio a 280 personas, pero que fue modificado para atender sólo a 80.
El avión fue bautizado “José María Morelos y Pavón”, uno de los líderes de la Independencia de México, quien propuso leyes que “obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia”.
Fue adecuado con una elegante oficina, sala de juntas, una recámara con cama King-size, cada asiento cuenta con pantalla digital personal, además del servicio de telefonía satelital.
La compra fue en noviembre de 2012, año en el que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), reportó que hubo un incremento en el número de personas en pobreza en el país.
Dos años antes, en 2010 se tenía un registro de 52.8 millones de pobres, mientras que el año de la compra, había 53.3 millones de mexicanos en la pobreza y pobreza extrema; pese a ello, el expresidente Enrique Peña Nieto, declaró que la nave “era de todos los mexicanos“.
De ese universo de marginación, 11.5 millones estaban en pobreza extrema, es decir “las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana”.
La compra se realizó con el argumento de un exhorto de la Cámara de Diputados de ese entonces, con mayoría priista, con el PAN como segunda fuerza, y con el voto del Partido de la Revolución Democrática.
Los legisladores pidieron -en ese entonces- en el decreto del Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2012 renovar el avión “y el resto de las aeronaves asignadas a la Presidencia, con el objeto de garantizar la seguridad del Presidente y los secretarios”.
“Además del avión compraron seis jets de primera (…) que sirven para incluso ir a Europa, de lujo, cada uno mil millones de pesos, seis; y helicópteros, también para el transporte de funcionarios, seis.
En 10 años el gobierno de Calderón y de (Enrique) Peña Nieto compraron en total 100 mil millones de pesos en aviones y en helicópteros; claro, ahí incluyen algunos helicópteros que se compraron para la Fuerza Aérea, unos franceses, pero el secretario de la Defensa, con todo respeto, se compró su avión (…) Murillo Karam, de la procuraduría, se compró su avión”, rememoró AMLO.
La propuesta de López Obrador de vender todos los vehículos aéreos levantó un debate público sobre el proyecto en sí, pero también se volvió una apuesta de la administración de AMLO, quien sentenció: “para que nunca jamás vuelvan a cometerse esas atrocidades”.
“No queremos un México corrupto y pervertido por funcionarios insensatos, irresponsables, nunca más. Entonces, esto va a ayudar mucho. A ver quién se va a atrever en el futuro a hacer lo que hicieron los que compraron el avión, a ver quién se va a atrever”, fustigó López Obrador.
En un principio, la idea fue rifar el avión presidencial mediante un sorteo de Lotería Nacional, e incluso se diseñó el “chachito” del sorteo, lo que causó polémica en la opinión pública, y las redes sociales.
Las opiniones a favor y en contra colmaron el mundo digital; los “memes”, mensajes que conjugan imagen y un mensaje irónico, de burla o sarcasmo, no se hicieron esperar.
“Mamá mueve la camioneta para estacionar mi avión” se lee en uno de los “memes” más recurridos al respecto: un avión junto a una casa con una camioneta estacionada.
En otro, un montaje donde aparece la socialité estadunidense, Paris Hilton bajando de la aeronave, acompañada del texto: “yo llegando a la oficina cuando me gané el avión”.
Los “memes” llamaron a risa al titular del Ejecutivo Federal, cuando a éste se le cuestionó al respecto: “geniales, o sea, buenísimos”, respondió entre risas.
Pero el aval presidencial no fue el mismo cuando se le cuestionó sobre la convocatoria del concurso de cuento “De ficción a ficción” al que convocó la revista Letras Libres, dirigida por uno de sus principales críticos, el escritor Enrique Krauze, y en cuyo consejo editorial tiene a columnistas como Carlos Elizondo Mayer-Serra o Hugo Hiriart, con quienes ha tenido desaveniencias.
El Presidente ha respondido a críticas y noticias falsas de sus detractores, quienes han visto vislumbrado en la complejidad de vender el aparato, el espacio para el golpeteo político.
Al punto de difundir mentiras: el periodista Raymundo Riva Palacio publicó un comunicado atribuido a la empresa Boening, en el que supuestamente la compañía aseguraba que no se podía vender. La información era falsa.
Incluso los directivos del periódico El Universal pidieron al periodista que cubre la fuente para dicha casa editorial, mostrar en la conferencia matutina del 22 de enero, una primera plana para afirmar que cuando se compró el avión ellos sí informaron.
El Presidente le dio la palabra al reportero y le pidió a su vocero Jesús Ramírez, leer la noticia; la lectura llevo aparejado un dejo de ironía por parte de López Obrador, quien repetía algunas de las frases de la nota: “único en el mundo”, “profunda reflexión”.
El mandatario federal ha criticado el silencio de los medios de comunicación y líderes de opinión cuando inició la compra del avión, por ello, el 7 de febrero afirmó: “ya se tomó la decisión de rifar el avión”, pero al mismo tiempo aclaro que el premio de la rifa no será la aeronave sino el aproximado equivalente en dinero del actual avalúo, que es de dos mil 400 millones de pesos.
“(El premio) se va a convertir en dinero, estamos considerando entregar premios a los 100 que ganen de 20 millones de pesos a cada uno, (el premio total será de) dos mil millones”, acotó.
Para el Presidente la cooperación de los empresarios, a quienes este miércoles 12 de febrero les pedirá apoyo para adquirir o distribuir cuatro de los seis millones de chachitos será fundamental.
Pero para él, para Andrés Manuel López Obrador quien hará historia al comprar un boleto del sorteo serán los mexicanos que decidan participar, porque así podrán rememorarlo con sus hijos o nietos.
“Había gobiernos faraónicos que nos les importaba el pueblo, venía la gente a protestar a Palacio. Y los ayudantes, había una corporación que se llamaba Estado Mayor Presidencial para cuidar al Presidente de ocho mil elementos y ellos salían a atender al pueblo, ya le informaban al faraón.
“¿Y qué era esa bulla?, ¿por qué gritaban tanto?, ¿qué pedían? Entonces, el ayudante le decía al faraón: ‘es que dicen que dicen que tienen hambre’; y contestó el faraón: ‘¿y qué es eso?’, porque el faraón vivía en las nubes, tenía un palacio en el cielo.
“Por eso es así la historia, porque esto nunca más debe volver a pasar. Nunca más ofender al pueblo. ¡Cómo se va a trasladar un presidente en un avión de lujo habiendo más de 60 millones de mexicanos en la pobreza!”, ha relatado el presidente, Andrés Manuel López Obrador.