Hace más de 20 años la Escuela Secundaria de Columbine, en Colorado, presenció uno de los hechos más hirientes que en una sociedad se pueda contemplar y desde entonces estos acontecimientos se han convertido en el pan de cada día en los Estados Unidos, convirtiéndose en un referente dentro de la cultura pop, inspirando canciones como Pumped Up Kicks; a pesar que la canción fue escrita en el 2010, no fue sino hasta el año siguiente que cobró popularidad. Mark Foster, el vocalista de Foster The People, quiso, según recuerda, “meterse dentro de la cabeza de un niño psicótico y aislado y concientizar sobre el problema de la violencia con armas de fuego”. Una prima de Foster fue sobreviviente al ataque de Columbine en 1999, estaba en la biblioteca cuando comenzó la agresión, por lo que tiene una conexión cercana con el problema.
Es alarmante el incremento que han tenido hechos como éste, algunas ocasiones culpando a artistas como Marilyn Manson, a quien se le responsabilizó por el atentado de Columbine por el contenido de su álbum Antichrist Superstar y su mensaje anti-religioso, pero, fue el mismo Marilyn Manson quien reveló cuál era el principal problema el que desencadenó ese incidente y posiblemente todos los subsecuentes.
En fechas recientes se presentó un hecho similar en México, donde un menor disparó a sus compañeros, en esa ocasión se culpó a los videojuegos, cosa que desde hace tiempo ha sido mencionada por muchos, “los videojuegos generan violencia”, pero que países como Japón, que es uno de los más grandes productores y consumidor de ellos, nos demuestran que no.
La psicosis que provocó el hecho en Torreón se extendió por todo México, al primero en culpar fue a los videojuegos, la polémica recordó lo ocurrido en Columbine que “salpicó” a Manson, luego de que lo señalaran por su mala influencia en Harris y Klebold.
Pero con Manson, tales señalamientos acabaron con la carrera del cantante en aquel momento, orillándolo a retirarse por un par de meses de los escenarios; para después aparecer en el documental “Bowling for Columbine”, dirigida, escrita y narrada por Michael Moore.
Durante la entrevista, Moore le pregunta lo siguiente:
“Si pudieras decirle algo a los chicos de Columbine, ¿qué les dirías?”, a lo que Manson respondió:
“No les diría una sola palabra. Escucharía lo que ellos tienen que decir, y eso es lo que nadie hizo”.
Con estas palabras Manson nos reveló la disfuncionalidad en la que esta sociedad ha entrado, donde no podemos aceptar nuestros errores y buscamos la manera de responsabilizar a otros, los perfiles psicológicos de Harris y Klebold, así como de muchos otros menores que han cometido estos actos tienen algo en común, un vacío constante, falta de atención de sus padres, de la sociedad y, sobre todo, víctimas de bullying.
Con esas pocas palabras, Manson desde el 2002 nos enseñó que como sociedad les estamos fallando a nuestros niños, cada atentado cometido por ellos nos recuerda exactamente lo mismo y seguimos repitiendo los mismos errores y volvemos a responsabilizar a los artistas del momento, a los videojuegos del momento, a todo, menos a nosotros mismos.