Las manifestaciones en contra de la ley de inmigración en la India se intensificaron esta noche y resultaron en enfrentamientos contra las autoridades. Estudiantes universitarios fueron reprimidos con gases lacrimógenos por la policía, informó el medio local Hindustan News.
Durante la tarde del domingo los estudiantes de la Universidad de Delhi Jamia Millia intentaron protegerse en las instalaciones de su escuela cuando fueron detenidos por la policía dentro del campus, donde inició el conflicto, apuntó Times of India.
Durante las confrontaciones las autoridades reportaron que los estudiantes incendiaron autobuses no tripulados y algunas motocicletas, mientras que la administración de la universidad aseguró que sus estudiantes no participaron en dicha acción.
Los estudiantes fueron rociados con gases, golpeados con toletes y poco después los sacaron del área con las manos alzadas. Al menos 50 personas fueron detenidas. El enfrentamiento duró aproximadamente cuatro horas.
Algunos de los que se encontraban en la universidad narraron que la policía entró por los estudiantes que se encontraban en la biblioteca y que no formaban parte de la protesta, señaló Al Jazeera.
Los alumnos de la Universidad Musulmana de Aligarh iniciaron una protesta al saber que otros alumnos eran reprimidos y la policía también llegó a dispersar la manifestación, de igual manera lanzaron gases contra los estudiantes que se defendieron aventando piedras.
Las manifestaciones se tornaron violentas por primera vez esta tarde, con el incendio de autobuses y algunas motocicletas, aunque no se ha podido confirmar quienes son los autores de estas acciones.
Unas horas después al sur de India se reunieron al menos dos mil personas en los alrededores de las oficinas centrales de la policía con pancartas y reclamando en contra de las acciones perpetradas contra los estudiantes y la ley que han rechazado durante las jornadas.
La ley de inmigración de la India aprobada la semana pasada contempla que los migrantes de Pakistán, Bangladesh y Afganistán que ingresen al país sean considerados como migrantes legales y se les otorgue su ciudadanía, siempre y cuando no profesen la religión musulmana, ya que en ese caso serán expulsados del país.
Los manifestantes alegan que se trata de una ley inconstitucional en la que no se respeta la libertad de culto estipulada en las leyes nacionales. Su aprobación elimina los derechos de los actuales residentes extranjeros y limita las posibilidades de los futuros migrantes.
