“Qué sería la vida si nos quitan la esperanza. Muchas gracias por lo que me han dado, no sé cuánto me queda de vida. No sé si en alguna esquina me espera Dios. Buena pregunta”, dijo el expresidente de Uruguay, José Mujica, al agradecer a la Universidad Iberoamericana el haberle otorgado el Doctorado Honoris Causa.
“Tal vez, al borde de la muerte me encuentre con Dios. No sé, pero vayan mis respetos, mi abrazado y humano respeto, a todos los que pueden creer y a los que empeñan su vida por transmitir fe y confianza”, añadió durante la ceremonia de investidura en la que el Sistema Jesuita de la Compañía de Jesús, le entregó la referida distinción.
De buen humor y con su característica voz pausada, el activista y poeta dejó claro que vale la pena la condición humana aún en las situaciones más difíciles. “Allí vas a encontrar la mugre, pero allí también vas a encontrar la esperanza”.
Por ello, refirió que el premio mayor de todo ser humano es vivir como se piensa; “el premio mayor, es soñar que se puede construir un mundo más útil, menor egoísta que el que nos tocó vivir”.
El exmandatario inició este lunes una larga jornada con la comunidad estudiantil de la Ibero Campus Ciudad de México. Primero, ofreció una rueda de prensa, posteriormente, dialogó a puerta cerrada con alumnos y académicos del plantel, y después recibió el Doctorado Honoris Causa.
Con su, también, andar pausado, poco después de las 10:00 horas, Mujica se dirigió al Aula Magna San Ignacio de Loyola donde contestó diversas inquietudes de los medios de comunicación relativas al presidente Donald Trump y su intención de declarar terroristas a los carteles de la droga mexicana; además de hablar sobre su encuentro con el expresidente Evo Morales.
Asimismo, compartió puntos de vista sobre el modelo neoliberal, la Organización de Estados Americanos, el fanatismo y su encuentro con el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien definió como “afable y simpático”, pero se reservó su derecho de opinar sobre asuntos internos.
“Estúpido sería de mi parte no ser dueño de mi silencio. No quiero hablar de López Obrador porque no me conviene hablar porque tengo que respetar la casa donde estoy porque tengo que desearle suerte y comprensión al pueblo mexicano que le vaya; que tiene problemas para que yo venga a tirarle más problemas todavía sin ayudarlo a solucionar ninguno”, acotó.
Más tarde, habló a la comunidad estudiantil y posteriormente recibió el Doctorado Honoris Causa por su contribución al desarrollo del bienestar social y los derechos humanos, así como la reconciliación de las naciones latinoamericanas.
En el evento celebrado en el Auditorio José Sánchez Villaseñor, el hombre de 85 años de edad recibió una fuerte ovación de las y los presentes a quienes no sólo cautivó sino dio, a decir de algunos de los presentes, una lección de la calidad humana y de la humildad que lo caracteriza.
No en balde, varias de las frases que ha dicho a lo largo de su vida y que quedarán inmortalizadas para la eternidad, fueron plasmadas en un video con su fotografía. Entre ellas, la de “Vivir mejor no es tener más, sino ser más feliz”, “La crisis ecológica del planeta es consecuencia del triunfo avasallante de la ambición humana, pero también en su derrota”.
El también promotor de la legalización del aborto, de los matrimonios entre personas del mismo sexo y de la marihuana, se sinceró ante los presentes: “estoy anonadado porque es un poco habitual, poco afecto al protocolo, pero entiendo perfectamente lo que representa (la entrega del Doctorado Honoris Causa)”.
Por ello, continuó, “no tengo otra cosa más que agradecer el reconocimiento a la generosidad de esta universidad, de este conjunto universitario y, tengo que confesarles: Yo no puedo ser Doctor de nada. Tal vez podría ser doctor de calabozos luego de haber pasado por más de 100 calabozos a lo largo de muchos años en los cuarteles de mi país”.
También, “en los avatares de mi vida”, indicó al dejar claro que lleva dentro de sí un campesino frustrado, “enamorado de la biología permanentemente, de la ciencia de la vida. Hablo con el pasto, pertenezco a un país pastor que tiene mucho más vacas que gente. La historia de Uruguay debe ser un pasto transformado”.
Mujica, quien es reconocido por su crítica al sistema económico actual y al ‘dios mercado’, que está siempre presente en las relaciones sociales y personales, pero que sólo beneficia a unos cuantos, reconoció que las “condiciones para poder germinar pueden no ser tan propicias”.
Cinco minutos después de que el exmandatario abandonará el lugar, un grupo de estudiantes de la Ibero llevó a cabo “Un Violador en tu camino”, el performace chileno que ha dado la vuelta al mundo, entre cuyas estrofas dice: “Y la culpa no era mía, ni como andaba, ni cómo vestía ”.