En su testificación, dos funcionarios del gobierno de Donald Trump calificaron de inapropiada e inusual la llamada que sostuvo el presidente de Estados Unidos con su homólogo de Ucrania, Volodímir Zelenski, el pasado 25 de julio.
En la segunda semana de audiencias públicas del proceso de destitución de Donald Trump, testificaron el teniente coronel Alexander Vindman, especialista en Ucrania del Consejo de Seguridad Nacional, y Jennifer Williams, asistente en política internacional de la oficina de Mike Pence, vicepresidente de EUA.
La llamada que podría llevar a Trump a la destitución de la Casa Blanca incluía presuntamente una petición del magnate a Zelenski para que investigara a Hunter Biden, hijo del demócrata Joe Biden, precandidato presidencial del Partido Demócrata.
Tras escuchar el intercambio telefónico, Vindman decidió alertar al abogado del Consejo de Seguridad Nacional por considerar inapropiado que el presidente solicitara a un gobierno extranjero que investigue a un adversario político, aseguró el teniente coronel durante la audiencia ante el Congreso.
En el apoyo estadounidense a Ucrania existían dos actores disruptivos, consideró Vindman, “el entonces fiscal general ucraniano Yuri Lutsenko y el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, abogado personal del presidente Trump”, quienes “promovían información falsa que debilitaba la política de Estados Unidos en Ucrania”.
Según la acusación, Trump le planteó a Zelenski que la ayuda quedaría condicionada a que Ucrania investigara a los Biden, presuntamente porque el vicepresidente en la administración de Barack Obama operó dar freno a una investigación contra su hijo, quien pertenecía al consejo de la gasera ucraniana Burisma, hasta lograr que el fiscal general Viktor Shokin fuera destituido.
El desequilibrio de poder entre ambos mandatarios supone en sí mismo un elemento de presión que condicionaba la posibilidad de Zelenski de ser recibido en la Casa Blanca, señaló el militar.
Jennifer Williams, además calificó la llamada de inusual. “En contraste con otras llamadas presidenciales que he observado, implicaba la discusión sobre lo que parecía ser un asunto de política doméstica”, declaró quien ha sido calificada por el presidente de Estados Unidos como una persona “anti-Trump”.