El rescate del campo mexicano está “en plena marcha”, aseveró Víctor Manuel Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), quien subrayó que ha iniciado la recuperación de la seguridad alimentaria del país, con soberanía.
Al comparecer ante el pleno de la Cámara de Diputados, como parte de la glosa del Primer Informe de Gobierno, el funcionario federal dijo que para cumplir los objetivos, la dependencia a su cargo ha dirigido sus esfuerzos al fortalecimiento de un sector agroalimentario sustentable e incluyente.
Lo anterior, dijo, basado en el incremento de la productividad y competitividad, y cerrando las brechas que hoy se observan entre distintos grupos de productores y diferentes regiones del país, con apoyo a los campesinos y sus familias a salir de la pobreza y marginación.
Villalobos Arámbula sostuvo que se propone aumentar la disponibilidad de alimentos básicos y reducir la dependencia de las importaciones, que es una condición principal para el logro de la seguridad alimentaria de todos los mexicanos.
Dijo que los programas de Producción para el Bienestar, Precios de Garantía, Fertilizantes, Crédito Ganadero a la Palabra y Apoyo a Cafetaleros y Cañeros han demostrado que con la entrega de recursos de manera directa, sin intermediarios, es posible tener mayor impacto.
Al respecto, comentó que en el primer trimestre del año ya se había dispersado 75 por ciento del presupuesto a aproximadamente 1.2 millones de productores, lo cual no tiene precedente en el ejercicio de los recursos y permitió a ese sector invertir en insumos productivos en alrededor de 4.5 millones de hectáreas para granos.
El Secretario de Agricultura federal añadió que al 30 de septiembre pasado, se alcanzó el 100 por ciento de las metas programadas en beneficio de 1.8 millones de productores y más de 2.5 millones de predios.
Sostuvo que se han respetado los principios rectores del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024, los cuales convocan a un ejercicio público honesto, austero e incluyente, donde nadie quede fuera o atrás y se recupere la rectoría del Estado como impulsor de desarrollo económico con bienestar y progreso con justicia.