Grupos de vándalos y anarquistas que participaron en la marcha del 51 aniversario de la masacre del 2 de octubre de 1968 rebasaron y arrinconaron a los cinturones de paz que instrumentó el gobierno capitalino para evitar desmanes durante la manifestación, además de opacar el mitin en el Zócalo.
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Durante el trayecto de la marcha por la calle 5 de Mayo, los cinturones de paz, conformados principalmente por personas adultas mayores y mujeres, tuvieron que replegarse y correr hacia calles aledañas como Filomeno Mata e Isabel la Católica.
Ello, ante las agresiones de un centenar de jóvenes y adultos embozados y vestidos de negro que lanzaron petardos, realizaron pintas y agredieron a periodistas y policías.
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Joaquín González, trabajador de la Tesorería capitalina y quien fue obligado a participar en este cinturón de paz, fue agredido con pintura de aerosol en el rostro y en su vestimenta color blanco, por dos mujeres embozadas.
Temerosas, las personas de este grupo de “voluntarios de paz” corrieron detrás de los policías al ser agredidos con cohetones y pintura en aerosol.
Mientras tanto, en el Zócalo, donde se esperaba un lleno con miles de manifestantes de escuelas, universidades y sindicatos, no se logró abarcar toda la plancha ante el temor de más agresiones y actos vandálicos.
En las estaciones Allende y Pino Suárez del Metro, cientos de estudiantes de preparatoria y facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), optaron por no llegar al Zócalo por miedo a ser agredidos.
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“Es lo de todos los años, estos grupos de anarcos siempre se infiltran y provocan desmadre y violencia”, dijo Estela Jiménez, estudiante del CCH Oriente, quien con otras 20 compañeras decidieron dejar la marcha por temor a la violencia.