Del 5 al 9 de agosto pasados, el peso registró una depreciación de 0.50 por ciento o 9.7 centavos, al cotizar alrededor de 19.40 pesos por dólar y tocar un máximo de 19.7397 pesos; se trata de la cuarta semana consecutiva que la moneda nacional pierde terreno.
De acuerdo con Banco Base, el retroceso se concentró al comienzo de la semana, con un incremento en la aversión al riesgo entre los mercados financieros globales, por al escalamiento de la guerra comercial entre China y Estados Unidos y el fracaso de negociaciones entre ambos países.
Al inicio de semana, el tipo de cambio también subió ante la especulación de que iniciaría una guerra de divisas, en particular luego de que el Banco Popular de China permitió que el yuan se depreciara a niveles por arriba de siete unidades por dólar, cotizando en niveles no vistos desde 2008.
A la par del peso mexicano, otras divisas perdieron terreno en la semana. A nivel global también perdieron la mayoría de los mercados de capitales, con caídas semanales en Asia, Europa y Estados Unidos.
Hacia el cierre de la semana, el peso moderó sus pérdidas, luego de la evidencia de que el Banco Popular de China evitó que el yuan chino siguiera depreciándose.
De esta forma, el tipo de cambio alcanzó un mínimo de 19.2872 y un máximo de 19.7397 pesos por dólar en la semana.
Sin embargo, previó la entidad financiera, el tipo de cambio podría volver a subir en sesiones posteriores, ante el riesgo de que la guerra comercial escale.
Además, la semana entrante los participantes del mercado estarán atentos al anuncio de política monetaria de Banco de México programado para el 15 de agosto, donde el mercado asigna una probabilidad de 35 por ciento a que la Junta de Gobierno recorte la tasa de referencia.
Por la relevancia del evento, se espera que el tipo de cambio muestre una menor volatilidad durante los primeros días de la semana, a la espera del comunicado de Banco de México.